Mapa-enlace, cortesí­a de http://go.hrw.com. Hacer click sobre el nombre del paí­s de interés para información básica



9.6.05

De los orígenes de la idea de la unificación de los eslavos del sur

Escribiendo acerca de la idea de Yugoslavia como una ilusión, Mira Milosevich [Mil00 apud. Olivera Milosavljevic, Jugoslavija kao zabluda. Srpska strana rata, editor Nebojsa Popov, Republika, Belgrado, 1996, p. 41] por su parte sugiere que Yugoslavia era una ilusión en la medida en que fue inventada por los primeros lingüistas del serbocroata. La idea de que el idioma es la base de la nación venía del romanticismo herderiano a través del esloveno Jernej Kopitar (1780-1847) y de su alumno Vuk Stefanović Karadžić. El segundo nació en la Serbia rural y, como tantos otros compatriotas, marchó a estudiar a Viena. Allí conoció al esloveno Kopitar y se convirtió en su alumno y su aliado para construir un idioma común de los eslavos del sur. Karadžić, basándose en el dialecto štokavski de los campesinos serbios de Herzegovina, donde él mismo había nacido, creó el ya mencionado alfabeto serbio. Karadžić sacaba la conclusión, según este criterio, de que todos los que hablaban en el dialecto štokavski eran serbios. Pero no era esta idea muy original. Antes que él, dos lingüistas, el checo Jozef Dobrovsky (1753-1826) y el eslovaco Pavel Safarik (1795-1861), identificaron el dialecto štokavski con los serbios [Mil00 apud. Anzulovic, B. Heavenly Serbia. From Myth to Genocide, Hurst & Company, Londres, 1999, p. 76].

Safarik, en 1826 y en Budapest, había publicado el libro La historia del idioma eslavo y la literatura eslava, identificando a los serbios con los eslavos del sur, y dándoles un nombre común –ilirios-. Safarik partía de la idea de que hay que separar el concepto de la nación y el de la religión, fundando la idea de la nación en la comunidad lingüística. Mientras los ciudadanos hablen el mismo idioma, pertenecen a la misma nación. La lucha por probar que existía un único idioma –ilirio-, base común del serbio y del croata, que tomó cuerpo en el movimiento conocido como ilirismo fue, según Mira Milosevich [Mil00], el origen de la invención de la nación yugoslava.

Sobre los ilirios, Ilyricum y temas afínes ya se ha escrito en este blog, aquí y aquí.

Sin embargo, no era la idea de la unificación de los eslavos del sur únicamente ligada a ideas lingüísticas y culturales. Una gran parte de intelectuales que apoyaron este movimiento desde un inicio y finalmente llevaron a cabo su consumación en la primera mitad del siglo XX, clamaban que este proyecto era la precondición para romper el lastre feudal, crear un sentimiento nacional unitario e independiente de los imperios que lo dominaban y desarrollar las fuerzas productivas propias que los mantuvieran a flote y autónomos en el ámbito internacional. Tampoco hay que olvidar que es precisamente el siglo XIX el tiempo de las unificaciones alemana e italiana, al menos, y que la intelectualidad progresista y liberal de los pueblos sudeslavos tenía un gran contacto con estos pensamientos europeos y vivía bajo su gran influencia. Por otro lado, es la misma época de la cristalización de la severa crítica al capitalismo encabezada por Karl Marx y Friedrich Engels y de la llamada Primera Internacional Socialista. Esta idea de una emancipación acompañada se fue convirtiendo en un objetivo de las masas de croatas, eslovenos y los demás pueblos balcánicos sometidos a los Habsburgo y en proceso de independencia de Turquía.

Según el poeta y diplomático serbio Jovan Dučić, el término ilirismo de los lingüistas eslavos procede del nombre Iliria, que dio Napoleón a los territorios conquistados en Dalmacia, Croacia y Eslovenia con la intención de formar un nuevo reino en los Balcanes [Mil00 apud. Dučić, J., Verujem u Boga i u srpstvo, Ars libri, Belgrado, 1942, p. 14], temas que aunque brevemente, menciono aquí. Pero hay otras posibilidades: Ilyricum fue el nombre romano para las provincias del imperio en territorio balcánico. Los primeros pobladores de los Balcanes, como ya se ha mencionado, se llamaban de igual manera ilirios, cuya herencia étnica reclaman los nacionalistas albaneses para fundamentar unos supuestos derechos históricos que están en la base misma del proyecto de la Gran Albania en los Balcanes y que comento un poco más en detalle aquí.

El ideal de un estado yugoslavo cuyos ciudadanos hablasen un idioma ilirio se debe a un alemán. Ljudevit Gaj, hijo de emigrantes alemanes, aceptó las ideas de Kopitar y Karadžić y las del ilirismo. Imitando a Karadžić y su alfabeto, el cirílico azbuka, Gaj, basándose en el latín, creó la gajevica, es decir el alfabeto croata. Fue él mismo quién fundó en 1836 la Asociación de los amigos del pueblo ilirio en Croacia, con la idea de crear una base política para la unión de todos los eslavos del sur –serbios y croatas como núcleo de la nación, y eslovenos y búlgaros como miembros constituyentes-. La ilusión se desvaneció, como suele ocurrir, cuando empezaron a chocar entre sí los programas de los políticos y los de los lingüistas.

El ilirismo fue un movimiento cultural, sin un claro concepto político sobre el posible estado común. Gaj decía en 1841, siete años antes de la desparición del movimiento ilírico, ”que Dios se ocupe de la Constitución húngara, el reino croata y la nación iliria”. El miembro del gobierno serbio o mejor dicho, el primer ministro de Serbia entre 1842 y 1843, Avram Petronijević (1791-1852) (1) advertía a los serbios de que no se fiaran de los ilirios que decían luchar por el común idioma eslavo mientras en su propia casa hablaban alemán [Mil00 apud. AAVV, Istorija Jugoslavije. Prosveta, Belgrado, 1973, p. 242]. Pero fue Ilija Garašanin, el ministro de Interior del rey Aleksandar Karadjordjević, quién escribió el primer programa nacional serbio en 1844, Načertanija –Directrices-, que fue la causa principal de la desaparición de los ilirios (1, 2, 3).

La obra principal de Garašanin tomó las sugerencias amplias del patriota y jefe del estado polaco, el conde Čartoriski. La idea fundamental era volver a Serbia el punto central de atracción para los eslavos del sur que se encontraban en los Balcanes. Lo anterior tomando en cuenta que Serbia se había vuelto el estado cristiano más significativo en esos momentos en estos territorios. Para ello y buscando una mayor emancipación del estado serbio y su mayor autonomía en cuanto a influencias turca, rusa y austrohúngara, Garašanin cultivaba las relaciones con el occidente y gozaba de peculiar prestigio en Paris, ya que su principal objetivo para crear una alianza era precisamente Francia. Su política basada en estas ideas tuvo gran auge en el año de 1852, mientras fungía como ministro del interior. Sin embargo, todo ello causaba grandes protestas por parte del Reino Ruso, razón principal de su abandono de la escena política en 1853 [Sv].

Fue en esta época y sobre todo en 1856 que se volvía el principal opositor del rey Aleksandar y su política que en opinión de Garašanin se había vuelto demasiado austrofílica. Sin embargo, el rey lo nombró a pesar de todo ministro del interior en 1858; este hecho no disminuyó su actividad en la oposición - más bien, aumentó su influencia. Incluso, aportó acciones que finalmente desembocaron en la caída del rey en la Asamblea de San Andrés –Svetoandrijska Skupstina- en 1859. Volvió a trabajar en su programa nacional con logros certeros bajo el rey Mihailo, cuya política nacional se veía impregnada de ideas de Garašanin [Sv].

La sociedad clandestina El Círculo Secreto de Paneslavismo de Belgrado fue la organización que unió a los activistas políticos inspirados en el programa de Garašanin. El objetivo principal de este programa, y de todos los futuros programas políticos serbios, era crear una nación sudeslava que tendría como base el estado serbio. A pesar de que en Viena, en 1850, los intelectuales croatas y serbios -entre ellos, Vuk Karadžić- firmaron un Acuerdo literario, los acuerdos políticos no desaparecieron. Los croatas imaginaban el futuro estado en los territorios desde Eslovenia hacia el oeste, a través de Belgrado y hasta Bulgaria, con la capital en Zagreb. Los serbios añadían a todos estos territorios Bosnia y Herzegovina y el norte de Albania, con la capital del estado en Belgrado y con la monarquía de la dinastía serbia al frente.

________________________________________________

«« Hacia La realidad albanesa bajo el imperio otomano hasta finales del siglo XIX e inicios del XX


Etiquetas: , , , , , , , , , , ,

5 Comments:

Blogger Daniel Durini said...

Hola Elisa,

Muy bienvenida a este sitio. Sí, ya sabía de la enorme colonia sudeslava, sobre todo la croata en Chile. Ello tiene mucho que ver con el final de la Segunda Guerra Mundial y la masiva emigración de personajes influyentes de Alemania, Italia, Croacia y otros países europeos a América Latina (en especial a Argentina y Chile), por cuestiones políticas (por decir lo menos). Ya platicaré de estos temas más adelante. Sin embargo, independientemente de cómo y por qué llegaron allá, es una maravilla el que hayan enriquecido la cultura chilena con sus costumbres que a mí me parecen fascinantes. Por cierto, aquí en Alemania he tenido la oportunidad de conocer a muchos chilenos maravillosos. Así que: sí po´, unas maravillas, huebo´, cachái?
Un abrazo,
Daniel.

viernes, junio 17, 2005 1:57:00 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Esta bien el trabajo que estas haciendo, pero hay gente que piensa diferente. Encontré una pagina muy curiosa en español sobre Yugoslavia
( www.semanarioserbio.com )que me pareció muy interesante.



Saludos, Ivan.

viernes, diciembre 23, 2005 6:47:00 a.m.  
Blogger Daniel Durini said...

Ivan,

qué maravilla tenerte por acá. Ya visité la página que me recomiendas y ya la incluí en los links, bajo la categoría de proyectos en español. Y, como acá tratamos de ser plurales y abarcar los diferentes enfoques sobre la tremenda realidad de los eslavos del sur, acompañando al Semanario serbio de España, arribó igualmente el nacionalista Studia Croatica de Argentina.

Yo presento y ustedes juzgan.

Te mando un abrazo y espero nos leamos seguido.

Daniel.

lunes, enero 09, 2006 5:23:00 p.m.  
Blogger dino said...

¡Hola! Me lammo Dino, a pesar de que no tenga orígenes eslavos, quisiera que sepas que soy un alumno que cursa el Bachillerato Internacional en este momento y estoy haciendo mi monografía sobre las relaciones diplomáticas entre Austria-Hungría, Alemania y los Balcanes analizando de qué manero contribuyeron al asesinato de Francisco Fernando. Creo que sería muy enriquecedor poder comentar sobre este tema contigo y al mismo tiempo intercambiar parte de las fuentes si quieres podría entregarte mi monografía si es que de algo es útil para ti. Entiendo lo que es la búsqueda de los que formaron el pasado de tu familia y creo que cada uno tiene derecho a saber y si es que se puede cotnribuir en la búsqueda de otros.

Aquí te dejo mi mail, para que sigamos en contacto: dinoschiap@gmail.com

Un saludo y que sigas con este proyecto del "Ocaso del Delta"

lunes, julio 23, 2007 6:13:00 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

hola, hace un par de dias visite tu blog, pero no se si lo actualizas. La cuestión es que me urge un pedido, soy descendiente de eslovenos ( de ahi mi interes por tu tematica).

El padre de mi padre inmigro al Uruguay durante la segunda guerra, pero mi padre fue adoptado a los 5 años por una flia uruguaya, la cual hizo la legitimacion 7 años despues, por lo que utilizamos ahora otro apellido. Familiares de mi abuelo biologico tb fueron para entre tios, argentina.

En si, la cuestion es que deseo hacerme ciudadano esloveno, pero el formulario que debo enviar junto con mi documentacion esta en dicho idioma, el cual hablo MUY POCO. Si conocen a alguien que hable esloveno para traducirlo, seria de gran ayuda, para poder completar mi nacionalidad.

desde ya gracias, y mi mail para que se comuniquen por este u otro tema es : ofurlangaudin@hotmail.com

saludos, y gracias de nuevo

to kralju!

lunes, diciembre 10, 2007 12:50:00 a.m.  

Publicar un comentario

<< Home