La realidad albanesa bajo el imperio otomano y su suerte en el siglo XIX e inicios del XX
Siguiendo con la reseña en español de los artículos publicados por el Dr. Sam Vaknin para el Central Europe Review entre octubre y noviembre de 1999, que ya se han comentado aquí y aquí en este blog, habría que señalar que la interrupción de la prosperidad cultural albanesa ocasionada por la invasión otomana y su división entre las religiones cristiana y musulmana que ello tuvo como una consecuencia directa, repercutieron en la creación del albanismo, una religión políticamente reunificadora y sustituta de las otras dos, que los líderes políticos albaneses promovían durante el siglo XVIII. Lo anterior iba ligado, desde luego, al inminente peligro de desnacionalización que la existencia de dos religiones, una ligada al occidente y la otra al oriente, pudieran provocar.
Todo este malestar y el gran potencial de revuelta que se había acumulado en la población aalbanesa a lo largo de la dominación turca encontraban su expresión en la creaación de la llamada Liga de Prizren (1), fundada en Kosovo en 1878. El hecho de considerar Kosovo parte de la nación albanesa era herencia de las fronteras administrativas impuestas por el Imperio Otomán, que carecían de cuaalquier otro fundamento histórico o etnico. Un grupo diminuto de albaneses de la parte norte de la provincia, con intereses políticos localistas en un principio adoptó rápidamente una agenda expansiva, buscando unificar en una sola unidad política las cuatro partes supuestamente constitutivas de Albania: Kosovo, Shkoder, Monastir y Jamina, separadas en cuatro vilayets (areas administrativas del Imperio turco). Sin embargo, en opinión de Vaknin, no sería correcto atribuír el delirio de la llamada Gran Albania que ha sido el motivo principal de todos los nacionalistas albaneses a lo largo de todo el siglo XX y hasta la fecha, a este movimiento.
La Liga de Prizren buscaba una solución administrativa, no política. Lo que querían era crear una zona albanesa dentro del mismo Imperio otomán. Estaban más enfocados a cuestiones más benignas, prosigue Vaknin, y menos amenazantes tales como la cultura, el arte, la literatura y la educación. En poco tiempo se convertía la Liga de Prizren en un movimiento cultural con asspiraciones administrativas, no lo que, según Vaknin, hoy en día de ellos han hecho los historiadores (las curivas son mias) albaneses nacionalistas.
La insistencia en el idioma albanés y la fuerte oposición a su uso por parte de los turcos transformaban la Liga de Prizren en un movimiento nacionalista a la par con los lineamientos alemanes e italianos de esa segunda mitad del siglo XIX. Fue en Monastir (hoy la ciudad de Bitola en Macedonia) que el alfabeto latinizado fue adoptado como oficial, en 1908.
Finalmente, cuando la última esperanza de una pronta autonomía y democratización en los territorios albaneses fue sellada por las incumplidas promesas de los Jóvenes Turcos de Ataturk, los albaneses se rebelaron y forzaron al "hombre enfermo" de Europa (el Imperio Otomán) de cumplirles estos deseos en 1912.
Sin embargo, al término de la Primera Guerra Balcánica, los ejércitos griego, serbio y montenegrino conquistaron las tierras albanesas y las dividieron entre ellos.
El trauma de la división que comparten con casi todos los pueblos balcánicos, es recurrente en la psique albanesa. Expuestos a la desaparición de Albania tan poco tiempo después de su nacimiento, los líderes albaneses organizaron una asamblea en laa ciudad de Vlore, el 28 de Noviembre de 1912 y declararon su independencia. Esta asamblea fue presidida por Imail Kemak, de raíces albanesas, anteriormente un alto oficial del ejército otomán.
En diciembre de 1912, las grandes potencias -Gran Bretaña, Alemania, Austro-Hungría, Italia y Francia- decidieron en Londres dividirse los territorios albaneses "independientes" en vista de estos acontecimientos inesperados. La conferencia de Londres le entregó los territorios del estado independiente de Albania a Austro-Hungría e Italia, recortándole los territorios de Kosovo que por sensibilidad histórica y la situación geopolítica de la región entre las Guerras Balcánicas le fueron cedidos a Serbia, y de Canenia, coptados por Grecia. Ello significaba que los territorios más ricos y más de la mitad de la población albanesa fueron apartados del proyecto administrativo inicial.
Dos procesos históricos de larga duración más aparecieron ese día en los Balcanes: el resentimiento terrible con potencial bélico entre los albaneses y el reino serbio y todos sus sucesores hasta el día de hoy, y la negación mutua griego-albanesa.
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«« Hacia De la suerte de montenegrinos, croatas, eslovenos y macedonios en el siglo XIX
Todo este malestar y el gran potencial de revuelta que se había acumulado en la población aalbanesa a lo largo de la dominación turca encontraban su expresión en la creaación de la llamada Liga de Prizren (1), fundada en Kosovo en 1878. El hecho de considerar Kosovo parte de la nación albanesa era herencia de las fronteras administrativas impuestas por el Imperio Otomán, que carecían de cuaalquier otro fundamento histórico o etnico. Un grupo diminuto de albaneses de la parte norte de la provincia, con intereses políticos localistas en un principio adoptó rápidamente una agenda expansiva, buscando unificar en una sola unidad política las cuatro partes supuestamente constitutivas de Albania: Kosovo, Shkoder, Monastir y Jamina, separadas en cuatro vilayets (areas administrativas del Imperio turco). Sin embargo, en opinión de Vaknin, no sería correcto atribuír el delirio de la llamada Gran Albania que ha sido el motivo principal de todos los nacionalistas albaneses a lo largo de todo el siglo XX y hasta la fecha, a este movimiento.
La Liga de Prizren buscaba una solución administrativa, no política. Lo que querían era crear una zona albanesa dentro del mismo Imperio otomán. Estaban más enfocados a cuestiones más benignas, prosigue Vaknin, y menos amenazantes tales como la cultura, el arte, la literatura y la educación. En poco tiempo se convertía la Liga de Prizren en un movimiento cultural con asspiraciones administrativas, no lo que, según Vaknin, hoy en día de ellos han hecho los historiadores (las curivas son mias) albaneses nacionalistas.
La insistencia en el idioma albanés y la fuerte oposición a su uso por parte de los turcos transformaban la Liga de Prizren en un movimiento nacionalista a la par con los lineamientos alemanes e italianos de esa segunda mitad del siglo XIX. Fue en Monastir (hoy la ciudad de Bitola en Macedonia) que el alfabeto latinizado fue adoptado como oficial, en 1908.
Finalmente, cuando la última esperanza de una pronta autonomía y democratización en los territorios albaneses fue sellada por las incumplidas promesas de los Jóvenes Turcos de Ataturk, los albaneses se rebelaron y forzaron al "hombre enfermo" de Europa (el Imperio Otomán) de cumplirles estos deseos en 1912.
Sin embargo, al término de la Primera Guerra Balcánica, los ejércitos griego, serbio y montenegrino conquistaron las tierras albanesas y las dividieron entre ellos.
El trauma de la división que comparten con casi todos los pueblos balcánicos, es recurrente en la psique albanesa. Expuestos a la desaparición de Albania tan poco tiempo después de su nacimiento, los líderes albaneses organizaron una asamblea en laa ciudad de Vlore, el 28 de Noviembre de 1912 y declararon su independencia. Esta asamblea fue presidida por Imail Kemak, de raíces albanesas, anteriormente un alto oficial del ejército otomán.
En diciembre de 1912, las grandes potencias -Gran Bretaña, Alemania, Austro-Hungría, Italia y Francia- decidieron en Londres dividirse los territorios albaneses "independientes" en vista de estos acontecimientos inesperados. La conferencia de Londres le entregó los territorios del estado independiente de Albania a Austro-Hungría e Italia, recortándole los territorios de Kosovo que por sensibilidad histórica y la situación geopolítica de la región entre las Guerras Balcánicas le fueron cedidos a Serbia, y de Canenia, coptados por Grecia. Ello significaba que los territorios más ricos y más de la mitad de la población albanesa fueron apartados del proyecto administrativo inicial.
Dos procesos históricos de larga duración más aparecieron ese día en los Balcanes: el resentimiento terrible con potencial bélico entre los albaneses y el reino serbio y todos sus sucesores hasta el día de hoy, y la negación mutua griego-albanesa.
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Etiquetas: Albania, Guerras Balcánicas, Imail Kemak, imperio otomano, Kosovo, Liga de Prizren
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