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24.4.08

Inicio de la Segunda Guerra Mundial en el Reino de Yugoslavia (en construcción)

En Eslavos del sur fueron ya descritos los preambulos de la Segunda Guerra Mundial, según lo que a los Balcanes se refiere, aqui. A continuación se analizarán algunos de los acontecimientos que tomaron lugar durante los meros inicios de esta segunda parte de la llamada Guerra Total (Hobsbawm [Hob01]).

Siguiendo la firma del tratado por el medio del cual se unía el Reino Yugoslavo a las fuerzas del Eje (Berlín-Roma-Tokio), tema del que ya se habló en este blog aqui, el 26 y el 27 de marzo de ese 1941, los pueblos de Yugoslavia, descontentos por tal política, rechazaron la adhesión a este pacto tripartita, considerando aquel acto como un hecho ignominioso. Se volcaron a las calles en demostraciones sin precedentes. A continuación se ahondará en los hechos ocurridos en estas fechas.

En la noche entre el 26 y el 27 de Marzo, los ministros Cvetković y Cincar-Marković acababan de regresar de Viena (en donde firmaron el Pacto con Alemania, Italia y Japón), mientras que el príncipe Pavle salió a su casa de descanso en Eslovenia. El rey Petar II, menor de edad, quedaba aún en Belgrado. Se planeaba un golpe de Estado. Los organizadores del golpe, los generales Dušan Simović y Borivoje Mirković decidieron tomar junto con todos los simpatizantes de su plan, en punto de la media noche, los puntos estratégicamente importantes de Belgrado y arrestaron a Cvetković y a sus ministros, llevándolos al edificio del Cuartel General del Ejército. Allí llegaron igualmente los políticos que formarían parte del nuevo gobierno a punto de autoproclamarse.

Los golpístas intentaron igualmente introducir a Dimitrije Ljotić al nuevo gobierno. Frente a una comisión reunida por la ocupación nazi unos meses después, para investigar este golpe de Estado, Ljotić declararía que se reunió "después del golpe, con el general Bogoljub Ilić", añadiendo que éste le ofrecía, "a nombre de los perpetuadores del golpe, formar parte del nuevo gobierno, con la condición de rechazar el Pacto y elegir tomar partido con los ingleses" [fuente: 1]. Ljotić, desde luego, afirmaría que rechazó la oferta y le aconsejó "al nuevo gobierno aceptar el Pacto e intentar arreglar sus relaciones con Alemania, si es que ello aún era posible" [fuente: 1]. Sin embargo, agregaría, le era claro que la guerra era ya inminente, ya que "el gobierno de Simović estaba lleno de personas compradas por los ingleses, quiénes empujaron al país, para beneficio de terceros, a la guerra y la destrucción" [fuente: 1].

Los golpistas afirmaban ese 27 de Marzo que el rey Petar II estaba apoyando su causa. Sin embargo, en las memorias escritas por el propio Rey años después [fuente: 1], éste afirmaría que sobre el plan del golpe de Estado no sabía nada. El mismo Jakov Jovanović, quién posteriormente se volvería uno de los principales comandantes de los chetniks en Montenegro, declararía que le fue ordenado leer una proclamación falsa a nombre del rey Petar II en apoyo al nuevo gobierno, hecho del cual sentiría una profunda vergüenza hasta el final de sus días.

Apenas ya muy avanzada la noche de ese 27 de Marzo, una vez que el príncipe Pavle se regresara a Belgrado, lograría el general Simović acceder a entrevistarse con el rey Petar II y convencerlo de firmar el documento por medio del cual le otorgaba al general Simović el mandato de conformar el nuevo gobierno, ya varias veces leída en el radio a lo largo de ese día.

Los líderes del Partido Comunista de Yugolsavia (PCY) (del que ya se había hablado en este blog aqui) no sabían de la organización del golpe de Estado. A Milovan Djilas y a Svetozar Vukmanović - Tempo, dos de los principales funcionarios del Partido en ese tiempo, según varias declaraciones de ambos en los años posteriores, los sorprendieron estos acontecimientos [fuente: 2]. En sus memorias, Djilas hablaría de que cuando Josip Broz - Tito llegó a Belgrado el 29 de Marzo, rechazó las acciones de los "elementos anglofilos y los provocadores" por haber quemado la bandera alemana al igual que el centro turístico alemán en la ciudad de Belgrado. El PCY seguía en esos momentos bajo la influencia del pacto de no agresión recién firmado entre Hitler y Stalin. Sin embargo, a los comunistas les quedó inmediatamente claro que debían participar en las demostraciones populares y donde fuera posible arrebatar los liderazgos. Las consignas impuestas por el PCY eran "por la democratización del país" y "respaldo de la URSS". A lo largo del día (27 de Marzo de ese 1941), el PCY ya tenía bajo su control la mayoría de los lugares de protesta. Hablaban mucho y sus miembros tales como Ivo Lola Ribar, Tempo, Rade Končar o Cana Babović se volvieron los activistas más notorios del movimiento poular. Poco a poco desparecían las fotografías del rey Petar II de las calles, sustituídas por mantas que rezaban "que viva la amistad con la Unión Soviética", "mejor guerra que Pacto" o "mejor tumba, que esclavitud". Alrededor del medio día de ese 27 de Marzo, en las demostraciones en contra de la adhesión al Eje tripartita fascista-nazista en Belgrado participaban alrededor de 50,000 ciudadanos, cifra enorme para aquellos tiempos.

Por su parte, el patriarca de la Iglesia Ortodoxa Serbia (IOS), Gavrilo, escribiría en sus propias memorias [fuente: 1]: "Los hijos del San Sava destacaban, como siempre, por su patriotismo. (...) Nuestros hijos sansavianos han sido siempre, al igual que sus abuelos, hasta el final fieles a su Iglesia, la cual los ha considerado desde siempre como sus propias entrañas. Las masas cargaban retratos del rey Petar II, al igual que míos propios. Al pedido del pueblo tuve que asomarme varias veces a la ventana de la Patriarquía de la Iglesia y agradecer sus gestos patrióticos y su amor por el rey y la patria". Claro está, el patriarca Gavrilo no podía saber que entre los demonstrantes lo que menos había, eran hijos de San Sava. Muy pronto se convertiría en testigo de la huída de los ideólogos del golpe de Estado y sus ministros del país y la repartición entre ellos de lo que quedaría del tesoro nacional. El patriarca pasaría el resto de los años de la guerra como prisionero del nuevo régimen nazi.

El presidente del nuevo gobierno se volvía el general Simović, los vicepresidentes el Dr. Vlatko Maček y Slobodan Jovanović. Del Partido Radical Serbio (Srpska Radikalna Stranka, SRS) en el gobierno se encontraba Miša Trifunović, del Partido Demócrata (Demokratska Stranka, DS) Milan Grol y Boža Marković, del Partido de los Agricultores de Serbia (Srpska Zemljoradnička Stranka, SZS) el Dr. Branko Cubrinović, del Partido Popular Yugoslavo (JNS) Petar Živković y Bogoljub Jevtić, del Partido Campesino Croata (HSS) Dr. Juraj Šutej y Dr. Juraj Krnjević, de los eslovenos Kulovec y Dr. Miho Krek, de los musulmanes Dr. Džafer Kulenović, a Montenegro lo representaba Marko Daković, mientras que el ministro de la Corte se volvía Radoje Knežević.

El 31 de Marzo de ese 1941, los generales Simović y Ninčić recibieron la visita del enviado militar soviético Viktor Lebedov, quién les comunicaba la disposición de Stalin de firmar un acuerdo de cooperación con el reino yugoslavo [fuente: 1]. Al firmar el acuerdo en Moscú unos días después, Stalin le mandaba al gobierno yugoslavo el mensaje claro de que los soviéticos y los yugoslavos eran hermanos por sangre y por religión (esto último, al menos los serbios) y que no existe nada en este mundo que pudiera separar a las dos naciones. Igualmente le aconsejaba aprovechar las montañas y los bosques abundantes en su territorio e iniciar una guerra de guerrillas.

El día 5 de Abril, Berlín interrumpía todas las relaciones diplomáticas con el gobierno yugoslavo y decidía atacar al nuevo gobierno golpista que se había declarado en contra de la adhesión al Eje (de la nueva Eurpa del futuro, fascista y nazi).

Belgrado fue bombardeada una vez más, ahora por parte de estos nuevos invasores, en la madrugada (a las 06:30) del domingo de Pascua, el 6 de Abril de 1941. Más de 2,500 personas murieron en este ataque al que no presidió una formal declaración de guerra.

Sobre los resultados del ataque sobre mi ciudad, el oficial del ejército alemán, el coronel von Tussen, le envió su reporte a Hitler:

"Según mis apreciaciones personales, el ataque aéreo sobre Belgrado tenía poco que ver con operaciones militares.

El momento importante de la eficacia del ataque aéreo a Belgrado era la sorpresa. Poco antes del ataque fueron activadas las alarmas contra ataques aéreos, pero la población creyendo que se trataba de algún simulacro no reaccionó ante ello. El ataque fue concentrado temporalmente y sorprendió a la población en sus casas o en las calles. La gente en parte seguía dormida y los campesinos se encontraban trayendo su mercancía de la periferia a los mercados céntricos de la ciudad. Es por ello que el inicio del ataque trajo muchas víctimas y su impacto moral fue muy fuerte.

Las consecuencias morales del ataque fueron aumentadas de manera importante con el ruido que hacían las bombas y los aviones, hecho que creaba la sensación de peligro aún cuando la influencia era alejada. La presencia de las mujeres y niños y la sensación de que ellos no tienen medio alguno para protegerse de manera efectiva, y que no se les puede ayudar tampoco, alteraba el estado de los hombres. La gente que vagaba por allí y veía sus hogares destruirse, al quedarse sin techo, creaban también el pánico.

Los cuerpos que se encontraban por todos lados, creaban una imagen espeluznante. Como en Belgrado las organizaciones para la protección de ataques aéreos y el rescate ya no funcionaban, los cuerpos se quedaban días enteros en las calles cubiertos únicamente con flores.

El hecho de las pérdidas materiales del ataque se tornó particularmente difícil por la destrucción de instalaciones eléctricas y acuíferas, que aconteció casi inmediatamente. Estas destrucciones durante la continuidad de ataques de cada vez mayor longitud, obligaron, después de dos semanas, a mucha gente a abandonar la ciudad, por la catástrofe acontecida" [Lek95].

Stalin y el ejército ruso no mostraron el menor interés por ayudar a sus "hermanos" eslavos. A sugerencia de los alemanes, los soviéticos le retiraron la hospitalidad a la misión diplomática yugoslava subrayando que para la URSS Yugoslavia ya no representaba una unidad política.

La transición del Ejército serbio de condiciones de paz a las de guerra fue extremadamente complicado. Fue planeado que la movilización durara de tres a siete días. Sin embargo, como se anunció la movilización del ejército con retraso, para el inicio del bombardeo alemán los únicos cuerpos que la pudieron llevar a cabo fueron la fuerza aérea y solamente algunas unidades más. Se preveía movilizar a 1,200,000 soldados para las unidades operativas, además de otros 500,000 para unidades de reserva, a la par que 900,000 animales de carga [fuente: 2]. Para finales de Marzo fueron movilizados, sin embargo, solamente 600,000 soldados [fuente: 2]. De esta manera el ataque alemán encontró al ejército yugoslavo apenas en la primera fase de movilización. Todo ello causó un caos generalizado desde el mero inicio de la guerra.

Las cúpulas política y militar de Yugoslavia entraron a la Segunda Guerra Mundial sin haber contemplado de una manera cabal qué tipo de guerra estarían enfrentando. Fue ésta una de las causas determinantes de por qué no podían decidirse por una doctrina de guerra adecuada a las circunstancias y las necesidades de defensa del país. Finalmente se decidió por la "doctrina ofensiva de maniobras militares" [fuente: 2], basada principalmente en las experiencias de las guerras balcánicas y la Primera Guerra Mundial. La aceptación de semejantes enfoques "románticos" de la guerra por venir debía preparar las fuerzas armadas para una "ofensiva incondicional" en contra del enemigo. También dominaba la concepción de la "espera estratégica y el contrataque" utilizados sobre todo en la I Guerra Mundial [fuente: 2]. En los reglamentos internos del Ejército yugoslavo se hablaba solamente de una guerra frontal como la única forma de lucha armada. Esta concepción era, tomando en cuenta la relación cuantitativa y cualitativa de las fuerzas, altamente nociva frente un enemigo mucho más poderoso y la situación político-militar (geoestratégica) de Yugoslavia. Eso quedaría claro a los pocos días del inicio de la guerra por venir.

Fue entonces cuando se empezaría a hablar acerca de una guerra de guerrillas (en donde las pequeñas brigadas eran nombradas "čete" ("četa" en singular, que se lee como "cheta") y los soldados que las conformaban eran nombrado "četnici" (chetniks)) atrás de las líneas enemigas. Se formó la comandancia guerrillera (de los chetniks) a la par de los seis batallones (conformados por las brigadas guerrilleras (chete)) de infantería. Sin embrago, tampoco estas fuerzas lograron entrar en acción debido a la total desintegración del Ejército a los pocos días del inicio de la guerra.

El plan militar "R-41" [fuente: 2] del Ejército yugoslavo fue creado a principios de 1941, cuando las tropas alemanas entraron a Hungría y a Rumanía y se estaban preparando para incursionar al territorio de Bulgaria. Según este plan, para la defensa de las fronteras yugoslavas se utilizarían 27 divisiones o siete octavos de las fuerzas totales. Con esta distribución del ejército estaba planeado frenar la ofensiva en todos los frentes potencialmente abiertos, menos en las fronteras hacia Albania y la ciudad de Zadar, a través de las cuales se realizaría una retirada hacia el sur, a lo largo de mil kilómteros hacia Grecia. La idea era que allí se organizara, en conjunto con Grecia y otros aliados potenciales, un frente común de resistencia y la continuación de la guerra. Este plan, sin embrago, no consideraba la gran movilidad de las fuerzas alemanas, la absoluta ventaja que estas tenían en las confrontaciones por aire y la base por demás conveniente sobre la cual el enemigo podía impedir la retirada de tropas yugoslavas en esta dirección.

Al cabo de doce días de lucha, Alemania invadió todo el territorio yugoslavo y la corte y el gobierno se vieron forzados a huir al extranjero y organizar un gobierno en el exilio con sede en Londres, Inglaterra. De esta manera, ante la invasión nazi, solamente había capitulado lo que quedaba del Ejército, más no el gobierno oficial de Yugoslavia.

El 17 de Abril de ese 1941, en Belgrado, en el edificio de la antigua embajada de Checoslovaquia, frente al comandante de la Segunda División del Ejército alemán, el general von Weichs, sus ayudantes y los representantes de Italia, Hungría y Bulgaria, el hasta hace poco preso, el ex-ministro Cincar Marković y el general Radivoje Janković firmaban la incondicional capitulación del gobierno yugoslavo frente a las fuerzas invasoras. La capitulación fue oficialmente reconocida a partir del día 18 de Abril.



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1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Un artículo sumamente interesante, Daniel,

Hallo muy interesante que viviste en México, me gustaría saber más sobre tus vivencias en este país,

Escribo desde Monterrey, en el norte de México,

Un saludo y un abrazo,
Jorge

miércoles, junio 25, 2008 5:20:00 a.m.  

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