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31.7.06

Introducción al libro "Novi svet je moguć" (Un mundo nuevo es posible), autoría de Dunja y Ljubodrag Simonović - III

Las bases de la teoría crítica contemporánea al capitalismo

Ljubodrag y Dunja Simonović

III

(parte I se puede encontrar aqui)
(parte II se puede encontrar aqui)

En la guerra económica global cada vez más despiadada, llevada a cabo entre las corporaciones multinacionales más poderosas, las instituciones sociales se vuelven un instrumento utilizado para asegurar un "desarollo estable" del orden capitalista. Todo está en juego: el mecanismo completo institucional se tiene que estar desarrollando en concordancia con las crecientes demandas impuestas por el interés en los activos. No es verdad que "la política dejó de depender de la economía de una manera clásica", como asegura Habermas, sino al contrario, es completamente controlada por la lógica de las relaciones económicas en su intento por volver a la sociedad un campo básico de producción y consumo dentro del cual el razonamiento y el comportamiento de la gente (el pueblo) estaría completamente supeditado al interés existente del capital. El Estado se vuelve el vehiculo para "introducir" a la sociedad la lógica básica de relaciones como el principio supremo para la organización de la vida social, de manera que la "eficiencia" (alguna vez "la justicia") se vuelva el principio político clave. La "superestructura" se vuelve el medio para volver de la lógica de relaciones básicas una fuerza impulsora de la vida social entera y jugar un papel activo en su deshumanización. Su actividad se basa primordialmente en la "planeación del futuro" como un impacto activo para incrementar la certeza de la supervivencia del orden establecido. Con el descenso de la superestructura hacia la base, el círculo se ha cerrado: el Estado se vuelve el cociente totalizador del gran capital que necesita integrar a la sociedad (primordialmente para conservar la "paz social") y posibilitar el desarrollo estable del capitalismo. Al insistir en la "introducción de elementos de la superestructura en la base", existe la intención de probar que la razón ha triunfado sobre el caos (el así llamado "capital organizado"). De hecho, la "razón" se ha vuelto una forma de manifestación de los procesos irracionales de la reproducción capitalista. El soporte fundamental de la "razón" se vuelve el cociente instrumentalizado (destructivo) vuelto un vehiculo para el desarrollo (ciencia, tecnología, organización, etc.) y la protección (la represión económica, policiaca, ideológica y de otras formas) del orden establecido. Su esterilización se llevó a cabo de manera exitosa; se ha limpiado de todos los "perjuicios relacionados con los valores" y se ha vuelto un vehiculo ciego y eficiente para controlar al hombre. Se trata de la llamada "mente técnica" que ha aceptado las formas contemporáneas de la planificación tecnológica, aplicándolas (adaptadas y mejoradas) a la planificación del comportamiento humano. En este sentido, el maquillaje muy polítizado de la sociedad, la manera en la que se "hace política" se vuelve cada vez más alejada de la gente (el pueblo) y acepta la lógica de la eficiencia tecnócrata como la base para establecer un orden social "racional". Sin embargo, el intento por establecer una sociedad, ubicada al interior del tumulto de eventos globales, basada en la "razón", es como intentar reforzar las paredes de un departamento en un edificio que se está cayendo. La estabilidad de cada sociedad capitalista aislada depende de la estabilidad del orden capitalista global. Si sus cimientos están en crisis, usando "medidas racionales" es decir, la integración de la sociedad bajo el patrocinio del Estado, la crisis se puede tan sólo aliviar (la llamada "crisis controlada"), sus golpes se pueden recibir de una manera menos dolorosa, pero la crisis en sí no se puede resolver. La "política racional" de la mayoría de los Estados capitalistas más desarrollados está limitada a la construcción de una especie de rompeolas que bloquée las olas de la crisis y las haga desbordarse sobre los menos capaces (los países menos desarrollados) para resistir la crisis.

El cociente capitalista es el medio de destrucción de la mente crítica que posibilita una visión del futuro y una posibilidad de construír el mundo libre basado en la razón. En lugar de dirigirse hacia la creación de relaciones sociales tales con las que el hombre tendría la oportunidad de ser hombre y proveer lo necesario para su propia existencia, la razón se vuelve un brazo extendido de la estrategia económica (enfocada a las ganancias) la cuál tiende a transformar todas las relaciones sociales en segmentos de su propio desarrollo. La destrucción de la mente por la industria del entretenimiento, en la que los deportes juegan un papel clave, es una parte integral del proceso de destrucción de la "humanidad tradicional" y la creación del "hombre nuevo" reducido a un engendro robotizado. La totalización capitalista del mundo implica la degeneración del hombre a través de la imposición de la manera de pensar "unidimensional" (Marcuse), la cual requiere: una actitud positivista hacia el mundo; la instrumentación (volver instrumentos o medios) de todo y de todos; la dimensión cuantitativa; el misticismo en un empaque "espectacular"; el progresivismo basado en el principio de eficiencia absoluta, la cual a su vez está basada en el principio de la ganancia absoluta... Es la manera de pensar que suprime no tan sólo la esencia (libertad, justicia) sino también la existencia (la supervivencia biológica, la naturaleza), lo cuál significa que es de naturaleza fatalista. Al mismo tiempo, una imagen idealizada de los períodos clásico y medieval se vuelve la base del desarrollo de una idea de trascendencia que se vuelve el vehiculo para la nulificación de la mente visionaria y de la idea de un futuro. La Iglesia cristiana (y también casi todas las demás) son aliados naturales del capital, el cuál intenta destruir la autoconciencia del hombre moderno (el ciudadano) como un sujeto constitutivo de la sociedad civil y el creador de su propio mundo. La cristiandad y las otras religiones apocalípticas contribuyen al desarrollo de la conciencia que la destrucción del mundo es inevitable. Una cosa es predicar tales ideologías en una situación en la que no existe una amenaza real de destrucción global, como solía serlo el medievo, pero algo completamente diferente cuando esa amenaza se está vuelviendo cada vez más real.

La manipulación se mueve de un nivel ideológico hacia uno sicológico. La conciencia se ha "superado" - lo que importa es el subconciente. Tanto la industria de la mercadotécnia como la perteneciente a la esfera política operan basadas en este principio. Todos los esfuerzos se han invertido en impedirle al hombre comprender su propia trágica posición en el mundo, en el que gobierna la ausencia destructiva (destructive nothingness). Es el terror de los medios de comunicación dominado por la industria del entretenimiento y los videoanuncios - los que crean los espejos distorsionados en los que el hombre puede ver tan sólo "su propia" imagen degenerada. El capitalismo destruye de manera sistemática la habilidad y la necesidad del hombre por plantear las preguntas esenciales sobre su propia existencia (social), al igual que su potencial por responderlas. Casi todo el espacio de los medios de comunicación está dominado por aquellos que destruyen la vida y marginan lo esencial, mientras que le atribuyen una dimensión crucial a lo marginal. Los "escandalos sensacionalístas", "los partidos (deportivos) históricos", programas protagonizados por las "estrellas" de los medios, las películas "espectaculares" hollywoodenses y las telenovelas - se vuelven vehiculos para desviar la atención de la gente (el pueblo) de los problemas que determinan la supervivencia de la humanidad o su idiotización. Bloquear la conciencia del hombre y proporcionarle una válvula de escape para su ser reprimido, su descontento creciente, el miedo, la ansiedad - y la inseminación del hombre con el espíritu gobernante del capitalismo de donde deberá nacer el "hombre positivísta (positive man)" - ésa es la esencia del "espectaculo". Por todo lo anterior, la creciente importancia de los deportes. La manipulación sicológica en éstos está basada en la máxima de Iuvenal de panem et circences (pan y circo, N. del T.), inovada al estilo capitalista: mientras menos pan haya, más abundantes juegos sangrientos habrá. El descontento creciente de los oprimidos está ardiendo en los estadios - las chimeneas del capitalismo. El deporte es una forma espectacular en la que emerge la irracionalidad capitalista destructiva - basada en el principio absoluto del desempeño (ganancia) y en el principio social-Darwinista mutado a manera capitalista. Si los criterios existenciales y humanistas (relacionados con la mente) se toman como un objetivo a ultranza, queda claro que añorar romper los récords lleva a la auto-destrucción del hombre, y hacia la destrucción de su ser cultural: el "progreso" se vuelve una manera de obtener legitimidad para las prácticas deportivas destructivas. Tan sólo cuando se perciben de manera adecuada las tendencias del desarrollo del deporte; sólo entonces se puede entender su esencia - es decir, su carácter destructivo. Entonces, una de las tareas primordiales del deporte es la eliminación de la conciencia visionaria. Éste representa un modelo educacional que reconoce su propio resultado en la manera actual de vivir, en la que es elevado al nivel de fenómeno mítico. El deporte es una de las maneras más utilizables para transformar la energia creadora de vida del hombre en una práctica destructiva. La inducción de la sociedad hacia el deporte se ha vuelto una de las formas claves de la totalitarización capitalista del mundo. De la misma manera en la que los Juegos Olímpicos de los nazis fueron utilizados para enmascarar las verdaderas intenciones de éstos, el deporte contemporáneo se está usando para conciliar el "partido" existencial entre el Occidente y el resto del mundo, en el que no hay ganadores y perdedores, sino únicamente los exterminados y los que sobreviven.

El cuento del "american dream" terminó. El asesinato de Martin Luther King, John Lennon y muchas otras personas que lucharon por un mundo humano mostraron claramente que la noción de una "sociedad mejor" representó la mayor amenaza para los grupos capitalistas gobernantes ya que proveó de la posibilidad del desarrollo de una plataforma política que podría dirigir el descontento creciente de los oprimidos hacia la creación de un mundo nuevo (justo). El principal objetivo de la maquinaria propagandística capitalista es matar la esperanza de las personas en que el futuro es posible y que luchar por él sí tiene sentido. No se puede culpar al capitalismo del creciente descontento de la gente, sin embargo sí a los políticos "irresponsables" que prometían un futuro "feliz". La "visión del futuro" se ha vuelto una comodidad que se le ha estado vendiendo a la gente a través de programas de televisión, a través de la nulificación de su necesidad por fantasear acerca de la libertad y la justicia. Esta comodidad glorifica la tecnología (destructiva) creando de este modo la ilusión de la "naturaleza progresista del capitalismo". Los científicos están preocupados con lo que le sucederá al planeta en 5 millones de años pero no muestran interés alguno en lo que le pasará a la humanidad en los próximos cien años. En lugar de la confianza en el "american dream", el cual era usado hasta hace poco por la maquinaria de la propaganda capitalista para la integración de ciudadanos al orden gobernante, el principal vehiculo para el reforzamiento de la dictadura global capitalista es hoy en día la intimidación de ciudadanos con la "amenaza terrorista".

Los ideólogos del capitalismo representan la vida como si nada serio estuviera pasando - como si el mundo no estuviera en el mero filo de su total ruina. La crítica burguesa del capitalismo no está dirigida en contra del capitalismo, sino exactamente en contra de la crítica que tiende a plantear los problemas esenciales, principalmente el problema relacionado con la tendencia del desarrollo del capitalismo - lo que es la precondición para determinar su esencia. Su crítica al capitalismo está dirigida, de hecho, precisamente hacia el pensamiento crítico que aboga por el reemplazo del capitalismo y la creación del nuevo mundo. Los teóricos burgueses tratan al capitalismo como si fuera un orden no-histórico, es decir, como un hecho dado que no puede ser cuestionado. Desde esta posición resultan las declaraciones sobre la "necesidad" de la globalización capitalista, basada en el interés de las corporaciones multinacionales y el aniquilamiento de la vida, las cuales no mencionan la caída inevitable del capitalismo como una de las etapas históricas en el desarrollo de la humanidad. Los intelectuales a la Coca-Cola, por definición, usan la expresión "comunismo" mientras hablan de la URSS y otros países del "socialismo real" - intentando "probar" que el "comunismo fracasó" y para repudiar la crítica marxista al capitalismo y la idea de un futuro. En su ceguera ideológica, no logran notar que mientras critican a Marx están efectivamente empleando su propio concepto histórico, únicamente adecuado a los requerimientos de la preservación del capitalismo. Francis Fukuyama en su libro El final de la historia y el último hombre (The End of History and the Last Man) encuentra que la razón principal del fracaso del "comunismo" en el Este está relacionada con el hecho de que este orden estuviera basado en la "justicia social": la lucha por la justicia social se vuelve un principio anti-existencial. Mucho antes que por Fukuyama, el mismo concepto fue "determinado" por Auguste Comte, y por su seguidor Pierre de Coubertin: la lucha de los oprimidos por la libertad y la justicia obstaculiza el "progreso" - encarnado en la burguesía - lo que significa que compromete la mera supervivencia de la humanidad. La crítica a las sociedades "comunistas" anteriores que realiza Fukuyama permanece limitada al rechazo basado en la intención de crear un orden económico racionalmente generado que sirviera al cumplimiento de las necesidades humanas - el cuál posibilitaría al hombre sobreponerse a la crisis existencial cada vez más profunda generada por el capitalismo. Su teoría, también, apunta a las tendencias principales en el desarrollo del pensamiento político del Occidente: las cosas ya no están ubicadas en un nivel esencial, sino en un nivel puramente existencial. Ello significa que todos los vehiculos que provean de una posibilidad de supervivencia del capitalismo son legítimos - a precio de borrar el legado emancipatorio de la sociedad civil y de la "humanidad tradicional". Para Marx, el socialismo es la fase transitoria entre el capitalismo y el comunismo - que representa el último reemplazo del capitalismo al inicio de la historia real de la humanidad. Ello significa que no es posible el (re)establecimiento del capitalismo si el comunismo fuera alcanzado anteriormente. Las dimensiones del absurdo de la teoría burguesa se pueden percibir en el contexto de la noción que declara que ¡el capitalismo es el "post-comunismo"! Al mismo tiempo, los teóricos como Habermas hablan del "capitalismo tardío" que es de naturaleza completamente diferente del que ocupa a Marx. Éste logra las características que Marx le atribuye al socialismo, lo que significa que el "capitalismo tardío" implementa la idea del "socialismo" de Marx. Horkheimer plantea sus propios análisis en la Dialéctica de la Ilustración como una postura puramente académica. Su actitud hacia el deporte indica que está esterilizando la carga crítica, la que aspira al cambio, cuando trata con la esfera política concreta, creando por ello estructuras enteramente arbitrarias para preservar la armadura ideológica del capitalismo, la que aparece en el deporte en su forma condensada. En cuanto a la Sorge (preocupación, N. del T.) de Heidegger, ésta es de naturaleza abstracta ya que se relaciona con el "mundo" abstracto y el "hombre" abstracto. El enfoque debería, en su lugar, estar en la preocupación concreta del hombre concreto, es decir del hombre que vive en el mundo capitalista en el que prevalece la destrucción. Ya no se trata del miedo del hombre de tener que enfrentar su propia muerte natural inevitable, sino la ansiedad de que tiene que enfrentar la posibilidad crecientemente realista de la destrucción de la vida en la tierra y, por consiguiente, la humanidad misma. En el primer caso, la preocupación permanece en la esfera de la necesidad; en el segundo caso, la preocupación está relacionada con la esfera de la libertad: el hombre no puede evitar su propia muerte, pero se encuentra en posición de prevenir la destrucción de la humanidad y de crear un mundo humano. En este contexto, se puede hacer referencia al problema de la muerte y la extinción. La muerte no tiene que significar extinción si el hombre deja atrás suyo su obra por la que será recordado, es decir una obra que tarde o temprano contribuirá a la supervivencia de la humanidad. En el contecxto del ciclo (la vida) natural, la muerte es una precondición para el nacimiento de una vida nueva - es creadora de la vida. La esencia de la muerte capitalista es la destrucción de la naturaleza mecánica y la forma técnica, lo cuál es también la destrucción del hombre y la vida y, consecuentemente, de la cadena de muertes y nacimientos que crea la vida. El capitalismo no sólo ha privado al hombre de su patria espiritual (Heimatlosigkeit), sino también de su medioambiente vital a través del aniquilamiento de la naturaleza y del hombre como ser biológico; no solamente priva al hombre de su esencia humana, sino que cuestiona su supervivencia. El capitalismo ha "cegado" la preocupación existencial y la esencial: la lucha por la supervivencia se vuelve lucha por la libertad, a la vez que la lucha por la libertad se vuelve la lucha por la supervivencia.

(continuará...)

Parte IV se puede encontrar aqui.