Introducción al libro "Novi svet je moguć" (Un mundo nuevo es posible), autoría de Dunja y Ljubodrag Simonović - I
Ljubodrag "Duci" Simonović, abogado y doctor en filosofía así como una de las leyendas del baloncesto yugoslavo en general y específicamente del club belgradense Crvena Zvezda (La estrella roja), en co-autoría con Dunja Simonović, su hija y filósofa como él, publicaron en el 2005 el libro Novi svet je moguć (Un mundo nuevo es posible) [Dunja i Ljubodrag Simonović, Novi svet je moguć, Ed. Dunja i Ljubodrag Simonovic, Belgrado, 2005; e-mail: simonovic@simonovic.info], cuya introducción, bajo el título Basis of Contemporary Critical Theory of Capitalism (Bases de la teoría crítica contemporánea al capitalismo), me encontré traducida al inglés en esta entrada del blog Cirque Minime/Paris publicada por Mick Collins. Aún conociendo a distancia la postura polémica de Simonović, en relación al gobierno de Slobodan Milošević, me interesó de sobremanera el contenido de este escrito y las posiciones que en él se sostienen ya que siguen la tradición de la Escuela de Frankfurt, desde la crítica de Theodor W. Adorno hasta la del renegado (por la propia Escuela de Frakfurt) Walter Benjamin. Como la introducción es extensa, la iré traduciendo en partes, empezando con ésta, la primera.
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A manera de corolario, el científico de los Simonović es un manejador de máquinas, cuyo sueño es manejar todo su entorno apretando botones. Para mí, el científico de hecho, pierde todo interés en la materia de su estudio una vez que ésta ha sido traducida en una máquina. El motivo de sus estudios son normalmente los enigmas y las dudas que una vez resueltos, ya no representan ningún tipo de reto. Los que manejan las máquinas no son científicos, ése justamente ha sido el problema desde siempre. En palabras de John D. Bernal, tomadas de su libro La ciencia en la historia:
"Únicamente con este conocimiento (el de estimar inteligentemente el lugar que la ciencia ocupa dentro de la sociedad) pueden los científicos, independientemente del prestigio de que gocen, dejar de representar el papel de peones de ajedrez, ciegos y desvalidos, en el gran drama contemporáneo del uso y del abuso de la ciencia."
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Las bases de la teoría crítica contemporánea al capitalismo
Ljubodrag y Dunja Simonović
I
La última escena del combate a muerte entre la humanidad y el capitalismo se encuentra en progreso. La particularidad del capitalismo es que, a diferencia de la barbarie "clásica" (la cuál es de naturaleza destructiva, asesina y saqueadora), éste aniquila la vida creando un "nuevo mundo" - una "civilización tecnificada" y un hombre adecuado, deshumanizado y desnaturalizado. El capitalismo ha erradicado al hombre de su medio ambiente (natural) y ha cortado las raíces a través de las cuales éste absorbía la fuerza creadora de la vida. La ciudades son "jardines" del capitalismo donde "crecen" las criaturas degeneradas. El excremento de perro, la gasolina y el hedor de las coladeras, los anuncios espectaculares brillantes y las luces rotantes de las patrullas policiales a lo largo de la noche - ése es el entorno del hombre del "mundo libre". Destruyendo el medio ambiente natural, el capitalismo está creando condiciones climáticas cada vez más extremas en las que el hombre está luchando cada vez más y más duro por sobrevivir - y está creando condiciones de vida artificiales accesibles únicamente para la capa más pudiente de la sociedad, lo cuál está ocasionando una degeneración definitiva del hombre como ser natural. "La humanización de la vida" ha sido limitada a la creación de condiciones micro-climáticas, de incubadoras capitalistas especiales - condiciones artificiales de vida completamente comercializadas para las cuales la gente degenerada resulta apropiada.
La verdad más dramática es: el capitalismo puede sobrevivir la muerte del hombre como ser humano y biológico. Para el capitalismo, el "hombre tradicional" es tan sólo un medio temporal de su propia reproducción. El "hombre consumidor" representa una fase transitoria en el proceso de mutación del hombre, causado por el capitalismo, hacia la forma "más avanzada" del hombre capitalista: el hombre-robot. Los terminators y otros engendros robotizados que son producto de la industria hollywoodense de entretenimiento que crea la "visión del futuro" degenerada a manera del capitalismo, encarnan los poderes creativos, apartados del hombre, que se convierten en los vehículos para la destrucción del hombre y la vida. Se está creando una nueva "raza superior" de humanoides robotizados, la cual podría chocar con la "humanidad tradicional", entendiendo por esta última a la gente capaz de amar, pensar, soñar despierta, luchar por la libertad y la supervivencia - e imponer su gobierno sobre la Tierra. En lugar del nuevo mundo, se está creando el "hombre nuevo"- el que está siendo reducido al nivel de la humanidad incapaz de comprometer al nuevo orden gobernante.
La ciencia y la tecnología se han vuelto la palanca básica del capital para la destrucción del mundo y la creación de la "civilización técnica". No se trata aquí únicamente de la destrucción lograda por el uso de los medios técnicos. Se trata de la tecnificación de las instituciones sociales, de las relaciones interpersonales, del cuerpo humano. La transformación creciente de la naturaleza en un sustituto de "la naturaleza", la creciente deshumanización de la sociedad y la creciente denaturalización del hombre son las consecuencias directas del esfuerzo del capital, dentro de una guerra económica global sin piedad, por lograr la comercialización completa de los entornos, tanto el natural como el social. El optimismo de la Ilustración se podría difícilmente apoyar sin reservas hoy en día; la noción de Marx, de que el hombre emprende tan sólo las tareas que puede resolver, particularmente el optimismo basado en el mito de la "omnipotencia" de la ciencia y la tecnología. La carrera por las ganancias ya ha causado daños irreparables e impredecibles tanto al hombre como a su medio ambiente. A través de la creación de una "sociedad de consumo", es decir, a través de la transición del capitalismo hacia la fase de la destrucción pura, tal incremento cualitativo en la destrucción de la naturaleza y la humanidad se ha estado desarrollando de manera tal que la vida en el planeta está encarando literalmente una "cuenta regresiva".
En lugar de que se estén "marchitando" (Engels) las instituciones de la sociedad capitalista, lo que se está marchitando es la vida misma. La tesis de los teóricos de la burguesía conservadora, según la cual la historia de la humanidad termina con el capitalismo, se está volviendo cada vez más convincente. Al menos que se impida, el capitalismo acabará, ya para el inicio del tercer milenio, con lo que queda del mundo.
Lo científicos son la forma humana en la que el capitalismo utiliza las fuerzas naturales para controlar a los hombres y la naturaleza. Éstos han sido reducidos a idiotas especializados quienes, en el mundo de la técnica, en el que todo funciona por medio de "apretar botones" y en donde "todo está bajo control", ven un mundo ideal al que habría que añorar y en el hombre-máquina, la "culminación del progreso". Los científicos, a los que por "adquirir conocimiento" se les paga con su propia humanidad, perciben a la gente como enemigos y a las máquinas como a "amigos". De la misma manera en la que la ganancia y no el hombre es esencial para los capitalistas, "el progreso" y no el hombre resulta esencial para los científicos - siendo el "progreso" el otro nombre para la ganancia, y la "ganancia" siendo el otro nombre para la destrucción. Los miembros de la "inteligencia técnica" son personas mutiladas no aptas para expresar su humanidad. El miedo hacia la gente se transforma en el odio hacia la gente. Ellos prescinden de manera conciente de todas las características que los hacen hombres, y escapan al mundo técnico en el que pueden "experimentar" con máquinas, la gente, el mundo viviente... El Poder de la ciencia y la tecnología se transforma en el poder de la manipulación y la destrucción. Para ellos, el mundo técnico se vuelve el mundo "natural" y el desafío estético más elevado, tal como la torre Eiffel, el tiranosaurio capitalista, la cuál simboliza la dominación de la "civilización técnica" sobre el hombre.
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A manera de corolario, el científico de los Simonović es un manejador de máquinas, cuyo sueño es manejar todo su entorno apretando botones. Para mí, el científico de hecho, pierde todo interés en la materia de su estudio una vez que ésta ha sido traducida en una máquina. El motivo de sus estudios son normalmente los enigmas y las dudas que una vez resueltos, ya no representan ningún tipo de reto. Los que manejan las máquinas no son científicos, ése justamente ha sido el problema desde siempre. En palabras de John D. Bernal, tomadas de su libro La ciencia en la historia:
"Únicamente con este conocimiento (el de estimar inteligentemente el lugar que la ciencia ocupa dentro de la sociedad) pueden los científicos, independientemente del prestigio de que gocen, dejar de representar el papel de peones de ajedrez, ciegos y desvalidos, en el gran drama contemporáneo del uso y del abuso de la ciencia."
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Las bases de la teoría crítica contemporánea al capitalismo
Ljubodrag y Dunja Simonović
I
La última escena del combate a muerte entre la humanidad y el capitalismo se encuentra en progreso. La particularidad del capitalismo es que, a diferencia de la barbarie "clásica" (la cuál es de naturaleza destructiva, asesina y saqueadora), éste aniquila la vida creando un "nuevo mundo" - una "civilización tecnificada" y un hombre adecuado, deshumanizado y desnaturalizado. El capitalismo ha erradicado al hombre de su medio ambiente (natural) y ha cortado las raíces a través de las cuales éste absorbía la fuerza creadora de la vida. La ciudades son "jardines" del capitalismo donde "crecen" las criaturas degeneradas. El excremento de perro, la gasolina y el hedor de las coladeras, los anuncios espectaculares brillantes y las luces rotantes de las patrullas policiales a lo largo de la noche - ése es el entorno del hombre del "mundo libre". Destruyendo el medio ambiente natural, el capitalismo está creando condiciones climáticas cada vez más extremas en las que el hombre está luchando cada vez más y más duro por sobrevivir - y está creando condiciones de vida artificiales accesibles únicamente para la capa más pudiente de la sociedad, lo cuál está ocasionando una degeneración definitiva del hombre como ser natural. "La humanización de la vida" ha sido limitada a la creación de condiciones micro-climáticas, de incubadoras capitalistas especiales - condiciones artificiales de vida completamente comercializadas para las cuales la gente degenerada resulta apropiada.
La verdad más dramática es: el capitalismo puede sobrevivir la muerte del hombre como ser humano y biológico. Para el capitalismo, el "hombre tradicional" es tan sólo un medio temporal de su propia reproducción. El "hombre consumidor" representa una fase transitoria en el proceso de mutación del hombre, causado por el capitalismo, hacia la forma "más avanzada" del hombre capitalista: el hombre-robot. Los terminators y otros engendros robotizados que son producto de la industria hollywoodense de entretenimiento que crea la "visión del futuro" degenerada a manera del capitalismo, encarnan los poderes creativos, apartados del hombre, que se convierten en los vehículos para la destrucción del hombre y la vida. Se está creando una nueva "raza superior" de humanoides robotizados, la cual podría chocar con la "humanidad tradicional", entendiendo por esta última a la gente capaz de amar, pensar, soñar despierta, luchar por la libertad y la supervivencia - e imponer su gobierno sobre la Tierra. En lugar del nuevo mundo, se está creando el "hombre nuevo"- el que está siendo reducido al nivel de la humanidad incapaz de comprometer al nuevo orden gobernante.
La ciencia y la tecnología se han vuelto la palanca básica del capital para la destrucción del mundo y la creación de la "civilización técnica". No se trata aquí únicamente de la destrucción lograda por el uso de los medios técnicos. Se trata de la tecnificación de las instituciones sociales, de las relaciones interpersonales, del cuerpo humano. La transformación creciente de la naturaleza en un sustituto de "la naturaleza", la creciente deshumanización de la sociedad y la creciente denaturalización del hombre son las consecuencias directas del esfuerzo del capital, dentro de una guerra económica global sin piedad, por lograr la comercialización completa de los entornos, tanto el natural como el social. El optimismo de la Ilustración se podría difícilmente apoyar sin reservas hoy en día; la noción de Marx, de que el hombre emprende tan sólo las tareas que puede resolver, particularmente el optimismo basado en el mito de la "omnipotencia" de la ciencia y la tecnología. La carrera por las ganancias ya ha causado daños irreparables e impredecibles tanto al hombre como a su medio ambiente. A través de la creación de una "sociedad de consumo", es decir, a través de la transición del capitalismo hacia la fase de la destrucción pura, tal incremento cualitativo en la destrucción de la naturaleza y la humanidad se ha estado desarrollando de manera tal que la vida en el planeta está encarando literalmente una "cuenta regresiva".
En lugar de que se estén "marchitando" (Engels) las instituciones de la sociedad capitalista, lo que se está marchitando es la vida misma. La tesis de los teóricos de la burguesía conservadora, según la cual la historia de la humanidad termina con el capitalismo, se está volviendo cada vez más convincente. Al menos que se impida, el capitalismo acabará, ya para el inicio del tercer milenio, con lo que queda del mundo.
Lo científicos son la forma humana en la que el capitalismo utiliza las fuerzas naturales para controlar a los hombres y la naturaleza. Éstos han sido reducidos a idiotas especializados quienes, en el mundo de la técnica, en el que todo funciona por medio de "apretar botones" y en donde "todo está bajo control", ven un mundo ideal al que habría que añorar y en el hombre-máquina, la "culminación del progreso". Los científicos, a los que por "adquirir conocimiento" se les paga con su propia humanidad, perciben a la gente como enemigos y a las máquinas como a "amigos". De la misma manera en la que la ganancia y no el hombre es esencial para los capitalistas, "el progreso" y no el hombre resulta esencial para los científicos - siendo el "progreso" el otro nombre para la ganancia, y la "ganancia" siendo el otro nombre para la destrucción. Los miembros de la "inteligencia técnica" son personas mutiladas no aptas para expresar su humanidad. El miedo hacia la gente se transforma en el odio hacia la gente. Ellos prescinden de manera conciente de todas las características que los hacen hombres, y escapan al mundo técnico en el que pueden "experimentar" con máquinas, la gente, el mundo viviente... El Poder de la ciencia y la tecnología se transforma en el poder de la manipulación y la destrucción. Para ellos, el mundo técnico se vuelve el mundo "natural" y el desafío estético más elevado, tal como la torre Eiffel, el tiranosaurio capitalista, la cuál simboliza la dominación de la "civilización técnica" sobre el hombre.
Se está volviendo cada vez más evidente que el capitalismo está creando una crisis social y ecológica cada vez más profunda, misma que no puede controlar. La transición del capitalismo se está desarrollando de su etapa de "capitalismo controlado" a la del "caos incontrolable", la cuál representa la "respuesta" final del orden gobernante a su propia incapacidad de manejar la crisis existencial en escalada dramática - de la cuál pueden generarse ya sea la detrucción del capitalismo y la creación de un mundo nuevo, o la destrucción de la humanidad y la vida sobre la Tierra. Las consecuencias del capitalismo no pueden ser controladas por medio de instituciones sociales, ya que éstas se han vuelto igualmente herramientas de las corporaciones capitalistas y han sido utilizadas para lograr sus intereses.
Los hombres han sido privados de los derechos humanos básicos: el derecho a la vida, al trabajo, a un medio ambiente saludable, a la familia, a la felicidad, un futuro... El proceso de despersonificación emprendido por medio del gobierno capitalista no muestra responsibilidad alguna por sus propias acciones. Invisible e imposible de aprehender, el espíritu del capitalismo, el cual se vuelve la fuerza fatal del destino, gobierna el mundo. Las corporaciones multinacionales destruyen el sistema legal internacional, las instituciones democráticas, el "Estado social"... La arena política se vuelve un circo político, los políticos se vuelven los bufones del capital. Las disputas públicas sobre los problemas sociales esenciales han sido reemplazadas por problemas fabricados. El "gobierno del Estado de derecho" se vuelve una máscara ideológica de la tiranía capitalista. Tarde o temprano, la esfera política se vuelve el vehículo de la clase gobernante utilizada para la depolitización de los ciudadanos y la exterminación de la confianza en las instituciones democráticas y la esperanza hacia la posibilidad de crear un orden social racional que pudiera ser una encarnación de los principios rectores de la Revolución Francesa - sobre los cuales está basado el humanismo moderno. Resultó que la democracia (del Occidente) es una forma política del gobierno del capital sobre el hombre. Las corporaciones multinacionales destruyen el legado emancipatorio de la sociedad civil, y las instituciones que deberían de ofrecer una posibilidad para la expresión de la voluntad política de los ciudadanos se vuelven en lugar de esto último, los medios para lograr sus intereses. Las posibilidades de la articulación política del descontento ciudadano creciente a través de instituciones están disminuyendo. Un número decreciente de problemas que determinen el destino de las personas han sido elevados a "cuerpos representativos". Un número cada vez menor de personas toman parte activa en elecciones. En lugar de ser el sujeto político, el ciudadano se vuelve consumidor de programas políticos. Todo ocurre en concordancia con los principios de la economía de mercado, dentro del cuál una buena mercadotécnia es de primordial importancia para la venta de productos. "¡El dinero no apesta!" se vuelve el principio político básico. La política se vuelve una industria para la producción de falacias e ilusiones "democráticas".
Los hombres han sido privados de los derechos humanos básicos: el derecho a la vida, al trabajo, a un medio ambiente saludable, a la familia, a la felicidad, un futuro... El proceso de despersonificación emprendido por medio del gobierno capitalista no muestra responsibilidad alguna por sus propias acciones. Invisible e imposible de aprehender, el espíritu del capitalismo, el cual se vuelve la fuerza fatal del destino, gobierna el mundo. Las corporaciones multinacionales destruyen el sistema legal internacional, las instituciones democráticas, el "Estado social"... La arena política se vuelve un circo político, los políticos se vuelven los bufones del capital. Las disputas públicas sobre los problemas sociales esenciales han sido reemplazadas por problemas fabricados. El "gobierno del Estado de derecho" se vuelve una máscara ideológica de la tiranía capitalista. Tarde o temprano, la esfera política se vuelve el vehículo de la clase gobernante utilizada para la depolitización de los ciudadanos y la exterminación de la confianza en las instituciones democráticas y la esperanza hacia la posibilidad de crear un orden social racional que pudiera ser una encarnación de los principios rectores de la Revolución Francesa - sobre los cuales está basado el humanismo moderno. Resultó que la democracia (del Occidente) es una forma política del gobierno del capital sobre el hombre. Las corporaciones multinacionales destruyen el legado emancipatorio de la sociedad civil, y las instituciones que deberían de ofrecer una posibilidad para la expresión de la voluntad política de los ciudadanos se vuelven en lugar de esto último, los medios para lograr sus intereses. Las posibilidades de la articulación política del descontento ciudadano creciente a través de instituciones están disminuyendo. Un número decreciente de problemas que determinen el destino de las personas han sido elevados a "cuerpos representativos". Un número cada vez menor de personas toman parte activa en elecciones. En lugar de ser el sujeto político, el ciudadano se vuelve consumidor de programas políticos. Todo ocurre en concordancia con los principios de la economía de mercado, dentro del cuál una buena mercadotécnia es de primordial importancia para la venta de productos. "¡El dinero no apesta!" se vuelve el principio político básico. La política se vuelve una industria para la producción de falacias e ilusiones "democráticas".
Mientras más se desarrolla la crisis del capitalismo, acompañada ésta por un creciente descontento de la gente - lo cuál genera irremediablemente la necesidad de la creación del nuevo mundo, ya que esto es un imperativo existencial - tanto más agresivos los esfuerzos de la clase gobernante por impedir su desintegración. La tarea más importante de la política gobernante es volver inexistentes las posibilidades objetivas de que el cambio del mundo existente obtenga potencial real, a través de prácticas orientadas hacia el cambio efectuadas por los oprimidos. Por ello, la destrucción de la mente (crítica) y la "pacificación" de los oprimidos a través de la idiotización se vuelven las tareas más importantes de la maquinaria propagandística gobernante. Los gobernantes capitalistas degenerados del mundo desarrollan mecanismos crecientemente terribles para la destrucción física y mental de la gente. La política gobernante está limitada a las técnicas para la manipulación de los oprimidos por medio de lo cuál está siendo aniquilado el legado emancipatorio de la sociedad civil, mientras se desarrollan relaciones cada vez más agresivas entre razas, naciones, religiones y sexos... Han sido impuestos los conflictos entre pueblos, artificialmente provocados y controlados, por medio de los cuales la confianza en el hombre y la energía orientada hacia el cambio deben extinguirse. Los "sospechosos generales" han sido etiquetados de tal manera para volverlos responsables de las causas del descontento y blancos hacia los cuales debería de dirigirse la ira de los ciudadanos privados de sus derechos. De esta manera, una relación crítica y orientada hacia el cambio para con el mundo y cualquier conciencia de clase están siendo aniquiladas, a la par que se está creando el fascismo contemporáneo. La fabricación del miedo, usada para preparar al público para el uso de los medios de destrucción masiva (incluyendo la bomba atómica y la de neutrones) por los "chicos malos" alrededor del planeta, se está volviéndo la tarea más importante de la maquinaria propagandística gobernante. El perpetuum mobile capitalista está en acción: el capitalismo genera un descontento creciente el cuál se transforma, por medio de la política limitada a la técnica de redirección del descontento de la gente hacia el cumplimiento de objetivos anti-humanos y económicos, en una fuerza generadora de la represión y la destrucción. El régimen gobernante trata de lograr la total criminalización de la sociedad, lo cuál significa que se ha creado el caos - controlado por esa misma manera de vivir (way of life) basada en el principio totalizador de "el pez grande devora al pez pequeño" - dentro del cual todos los esfuerzos por crear un mundo humanista están siendo degenerados. La criminalización de la sociedad se vuelve la forma de integración de los oprimidos a la órbita espiritual y existencial del capitalismo más importante y una manera de tratar con la lucha libertaria (de clases). La base de la criminalización de la sociedad capitalista se encuentra en la expectativa de que ésta elimine el "excedente" de la población, en otras palabras, la "fuerza laboral inútil". La destrucción biológica de los oprimidos se vuelve la manera más eficiente de controlarlos. Éste método ha sido utilizado "de manera exitosa" por la administración norte-americana con los indios en las "reservaciones" a lo largo de todo EUA: methanol y cobijas infectadas con viruela alguna vez jugaron el papel hoy en día asignado al SIDA, cigarros, drogas y la comida envenenada...
(continuará...)
Parte II se puede encontrar aqui.
4 Comments:
za quiero leer la siguiente parte. muy interesante. te amo.
Allí va, allí va...
Es que toma tiempo.
Besos,
Daniel.
Libro de Daniel Estulin
Estimado anónimo,
Estaría maravilloso si nos pudieras revelar tu identidad por ahora misteriosa (aunque sea inventada, tan sólo para poderte nombrar de alguna manera más comoda que "estimado anónimo"). Mientras tanto, el libro "La Verdadera Historia del Club Bilderberg" ya va en camino a ser leído. Mil gracias por tus comentarios y seguimos en contacto.
Daniel.
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