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31.7.06

Guerras y proyectos: petróleo, gas y uranio

Alfredo Jalife-Rahme, en la entrada del día de ayer de su columna Bajo la Lupa del periódico mexicano La Jornada, intitulada "¿Empezó la guerra de EU contra Irán por petróleo, agua y uranio?", escribe:

"Marwan Hamadeh, ministro de lo que queda de las telecomunicaciones en Líbano, aseveró que la ofensiva de Israel constituía una "guerra por procuración" de EU contra Irán (An-Nahar, 29-07-06). (...) Michel Chossudovsky (MC) , feroz economista canadiense del Centro de Investigación de la Globalización (globalresearch. com, 26-07-06), vincula la guerra israelí en Líbano con "la batalla por el petróleo", en específico, con la reciente inauguración el pasado 13 de julio (en vísperas de los crueles bombardeos hebreos) del oleoducto anglosajón Baku-Tiflis-Ceyhan (BTC), "principal oleoducto estratégico del mundo que canalizará más de un millón de barriles al día a los mercados occidentales". Comenta que a la "recepción en Estambul para festejar la inauguración del oleoducto BTC asistió Binyamin Ben-Eliezer, ministro de Energía e Infraestructura israelí, acompañado de altos funcionarios del gobierno Olmert, además del presidente anfitrión de Turquía, Ahmet Necdet Sezer, y los presidentes de las principales trasnacionales petroleras anglosajonas". Destaca la colaboración militar de Israel con los gobiernos de Turquía, Azerbaiyán y Georgia (estos dos últimos los cataloga de "protectorados de EU" mediante su incorporación a la OTAN): el Estado hebreo "posee intereses accionarios en los yacimientos petroleros de Azerbaiyán, de donde importa casi 20 por ciento, por lo que la apertura del oleoducto BTC mejorará en forma sustancial las importaciones de Israel del mar Caspio"; agrega que "otra dimensión que está relacionada a la guerra en Líbano, donde Rusia ha sido debilitada", tiene que ver con el "relevante papel estratégico que jugará Israel para 'proteger' el transporte y los corredores del oleoducto en la costa oriental del mar Mediterráneo desde el puerto turco de Ceyhan".

El oleoducto BTC, dominado por British Petroleum (BP) con 30.1 por ciento de las acciones (no dice que BP se encuentra bajo la férula de la célebre dinastía de los banqueros hebreos, los Rothschild), "ha cambiado en forma dramática la geopolítica en la costa oriental del mar Mediterráneo, que se encuentra ahora vinculado a la cuenca del mar Caspio a través del corredor energético". El oleoducto submarino de Ceyhan "se conectará al puerto israelí de Ashkelon para fusionarse al sistema principal de oleoductos en el mar Rojo" (con el puerto israelí de Eilat).

Queda claro que la depredadora tripleta anglosajona-israelí busca el control del triángulo del mar Caspio, el golfo Pérsico y el mar Rojo. De allí la invasión de Etiopía, apoyada por la misma tripleta, a Somalia, en el cuerno de Africa frente al mar Rojo y al golfo de Adén, así como la próxima apertura del frente en Sudán, bajo el pretexto del montaje hollywoodense de la "ayuda humanitaria" a Darfur, para controlar el río Nilo desde sus fuentes y sitiar por la retaguardia a Egipto. Resulta que la misantropía necrófila condensada en la tripleta anglosajona-israelí, que desde el 11 de septiembre de 2001 devastó cuatro países (Afganistán, Palestina, Irak y Líbano), se preocupa ahora por "los derechos humanos, la libertad y la democracia" de las tribus de Darfur."

Por otro lado, el 28 de julio pasado, el Gulf Daily News, publicó la noticia que la compañía petrolera rusa, Gazprom-Gazexport, ganó las licitaciones y que iniciará en conjunto con la compañía gasera serbia de Srbijagas, la construcción de un gaseoducto de 400km de largo, dentro de un proyecto de más de 800 millones de dólares, que atravesará a Serbia y supuestamente volverá a este país "uno de los participantes regionales clave en el transporte de gas", declaración hecha por el vocero del gobierno serbio en conferencia de prensa del viernes pasado.

El artículo cita a fuentes familiarizadas con el plan que explican que el gaseoducto de Serbia será unido con el de Bluestream, que corre desde Rusia hacia Turquia por debajo del Mar Negro. El gaseoducto de Serbia, a su vez será construido al sur de los río Danubio y el Sava, arrancando desde la ciudad de Dimitrovgrad, a través de la ciudad de Niš y hacia Croacia y Bosnia, con una capacidad de 20 millones de metros cúbicos. Todo lo anterior, desde luego respetando los planes del INOGATE ya comentado en varias ocasiones en este blog, por ejemplo aqui.


Los ejes prioritarios para los gaseoductos de gas natural, que involucran a los países participantes en el proyecto INOGATE y a Rusia. Si se agranda la imagen, se puede observar de manera muy nítida que uno de los ejes prioritarios convenientemente proviene desde la costa del mar Caspio, atraviesa Turquía, el norte de Grecia, la Ex-República Yugoslava de Macedonia, todo Kosovo, el norte de Montenegro, todo Bosnia y Herzegovina, Croacia y finalmente se funde en el ya existente gaseoducto en Eslovenia. ¿No es curioso?

Lo que resulta entonces innegable, es que lo que Rusia parece estar perdiendo en Libanon y el triángulo conformado por el Mar Caspio, el Mar Rojo y el Golfo Pérsico, lo está recuperando al tomar el control total (una vez que Srbijagas esté listo para su venta, cosa muy probable con la actual administración serbia) de la parte euro-asiática, al menos en lo que a los Balcanes se refiere.

A la luz de los acontecimientos, tal vez ya sea tiempo de dejar de tomar las crisis mundiales como hechos aislados y recurrir de nuevo (como se ha tratado de ir haciendo en este blog) a los procesos de larga duración braudelianos, definiendo el proceso de la guerra total por el petróleo, el gas y el agua, arrancado ya desde hace más de veinte años.