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20.12.05

De idiomas nuevos y filologías políticas

En los países de la ex-Yugoslavia, principalmente en lo que a Serbia-Montenegro, Croacia y Bosnia y Herzegovina se refiere (debido a que solían hablar, en esencia, el mismo idioma), se han potencializado las diferenciaciones interlingüísticas que no solían ser más que localistas. A partir de la década de los noventa, la televisión croata empezó a publicar una serie de cuatro palabras diarias, enunciadas al término del noticiario oficial de la cadena oficial HTV, que ya no se debían utilizar como "antes", sino como corresponde al idioma croata "puro" (retomados los localismos principalmente de la región de Zagorje o el altiplano central de Croacia). Utilizar las "otras" palabras para denotar lo mismo era automáticamente tomado como prueba de una actitud pro-serbia, o proveniente de algún serbio. Y la censura no cedió hasta el día de hoy.

En Serbia y sobre todo, en la República Srpska (o Serbia) de Bosnia y Herzegovina, el ala conservadora-ultra-nacionalista tampoco se quedó atrás. El cirílico se volvió el alfabeto oficial y llegaron al extremos de imprimir todos los documentos oficiales (los billetes del Marco Alemán Convertible (quién dijo que el renombrado DM ha desaparecido?), la moneda oficial, incluídos), de distintas maneras en la confederación croata-musulmana (Federación de Bosnia y Hercegovina), y en la República Serbia, empezando con los escritos latinizados primero, seguidos de los escritos cirílicos en la primera entidad y al revés, respectivamente, en la segunda. Los últimos ejemplos de esta pureza lingüística son el gesto de Vojislav Šešelj, el líder del Partido Radical Serbio que sirvió de brazo radical golpeador del gobierno de Slobodan Milošević, quién, estando en el banquillo de los acusados del Tribunal Internacional en La Haya, declaró que no entendía ni una palabra del documento en el que se formulaba la acusación, escrito en la versión latinizada del serbio-croata (ambas versiones de los dos alfabetos se pueden encontrar aquí), en lugar del cirílico (reconocido como serbio "real"), cuando cabe recordar que en Serbia ambos alfabetos fueron reconocidos como oficiales, al menos hasta los noventa (y estoy casi seguro que hasta la fecha); o, la reacción de los conductores de la televisión croata y la "ofensa" gravísima efectuada en contra de Ante Gotovina, a quién la acusación de Tribunal de La Haya por crímenes cometidos en contra de la población serbia de Croacia en 1995, le fue leída en "serbio" y no en "croata". El canal gubernamental HTV y el canal de la RTL Televizija (propiedad del capital alemán), de plano contrataron a un traductor simultáneo propio, mientras que la locutora de Nova TV, no paró de pedir disculpas al público por el "incidente", según lo narra aqui el muy recomendable blog DraxblogIII de Croacia.

La última joya de la filología-política croata es la decisión de la Academia Croata de la Lengua de empezar de escribir la palabra que significa "no quiero" o "no voy" (en el idioma croata-serbio, o en los idiomas serbio y croata, los dos dignifcados se expresan con la misma palabra), a decir la palabra neću, de manera separada, es decir como ne ću. Aquí lo interesante sería ver qué pasará con su antónimo hoću, a decir "sí quiero". Por lo pronto, el Primer Ministro croata, Ivo Sanader, ya declaró que él, como ciudadano, seguirá escribiendo la palabra junto y que decidir sobre el destino de neću no es asunto de la política. Los mayores ganones de todo este embrollo serán, claramente, las casas editoras que "tendrán" que reeditar los cientos de miles de libros de texto para los alumnos croatas. (A, qué conveniente).

Y para no dejarle el privilegio de las disputas de la pureza lingüística únicamente a los serbios y los croatas, los bosnios de igual manera contribuyen con su grano de arena. El periódico Danas de Serbia-Montenegro, del día de hoy, en su artículo "Čemu služi poštansko sanduče u tvom mjestu?" (Para qué sirve la caja de correo en tu ciudad?"), informa que los alumnos del primer, segundo y el tercer grado de primaria en la región de Sandžak, que se extiende entre el sudoeste de Serbia y el noreste de Montenegro y que a la vez une a Bosnia y Herzegovina con Kosovo (con una mescolanza religiosa y cultural únicas), recibieron en septiembre de este año libros de texto de la materia Lengua bosnia con elementos de la cultura nacional. Por iniciativa del Parlamento Nacional de los Bosniacos (Bošnjačko nacionalno veće), el idioma bosnio fue implementado como materia optativa y sobre el tema se realizó una encuesta entre los padres de familia que apoyaron finalmente la iniciativa (con resultados polémicos de la encuesta).

Aquí habría que aclarar antes que nada que el tal idioma "bosnio" no había existido hasta la época de los noventa y que desde siempre fue conocido como idioma serbio-croata o croata-serbio (con los pertinentes localismos propios de las diferentes áreas, que jamás podrían haber sido llamados ni siquiera dialectos y mucho menos idiomas). En fin, de la noche a la mañana (o en 15 años, para ser más exactos), todos los que hablamos este idioma, al que nos referimos como el "nuestro", para evitar cualquier posible confrontación o malestar, sobre todo en el extranjero, nos volvímos según la lista oficial de idiomas de la ONU: trilíngües. Ahora no hablamos el serbio-croata o el croata-serbio, sino el serbio, y/o el croata, y/o el bosnio.

La cuestión es que, al parecer, y según se informa en el artículo, el programa de la materia y, por consiguiente, los libros de texto que le sirven de sustento, carecen de rigor académico y fueron censurados por varios académicos bosnios debido a un sinnúmero de fallas pedagógicas, políticas y de contenido. Igualmente, levantó sospechas el hecho que los libros fueron impresos en una imprenta privada y no pública. Algunos ejemplos citados son, tan sólo para ilustrar algunos, las "palabras desconocidas", como salam (abreviatura del saludo árabe Salam Aleikum), que hay que aclarar como saludo, o Karadak, que es la palabra turca usada ni más ni menos que para denotar Montenegro (y eso significa, literalmente traducida), en lugar del nombre serbio-croata o croata-serbio de Crna Gora.

Igualmente, en palabras de Sead Biberović, el coordinador de los programas de la NVO Urban, bosnio, se dice en el artículo que existen en los libros de texto elementos muy peligrosos para el desarrollo de los alumnos de esa edad. Por ejemplo, la defensa de la tesis que todos los bosnios son necesariamente musulmanes, que recuerda claramente el inicio de los años noventa cuando esta postura tomaba fuerza y aparecía en conjunto con el "despertar" religioso del postcomunismo, cuando los serbios no podían ser sino ortodoxos, los croatas nada más católicos y los bosnios exclusivamente musulmanes. Por otro lado, igualmente se nota en los libros una excesiva idealización de Bosnia y de la región de Sandžak, mientras que a Serbia-Montenegro ni se le menciona. Y estos niños viven en Serbia-Montenegro. Finalmente, hay muy poca sensibilidad de los autores, en cuanto a las niñas se refiere, ya que se les asigna el rol de sus "nanas" (a sus madres ni siquiera se les menciona), de manera que incluso los juegos son divididos en los dirigidos a los niños y los que son para las niñas, dice Sead Biberović.

Bueno, tanto del crisol serbio/croata/bosnio.

Zdravo!
Bog!
Salam!

Allí se ven.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hola Daniel
muy interesante este artículo, relamente resulta lamentable que los pueblos yugoslavos traten de separar sus lenguas con decisiones que llegan a dar risa.
La separación de idiomas, en mi opinión, sólo los debilita, en vez de un idioma, el croata-serbio, que lo hablaban 16 millones de personas, ahora el croata lo hablan 5 millones, el serbio 8 ó 9, el bosnio 1,5 millones.
especialmente patético es el caso de bosnia, por ejemplo en el sitio www.izbori.ba, se pierden recursos en entregar todos los documentos en Bosanski, srpski o hrvatski, cuando son prácticamente iguales (según como los veo yo, que sé bastante poco de este idioma)

saludos

jueves, diciembre 29, 2005 1:06:00 a.m.  
Blogger Daniel Durini said...

Hola Alejandro,

Sí tienes razón. De hecho, las diferencias entre los tres idiomas son de risa. Si pronunciaras lo escrito en el cirílico serbio o en el bosnio (escrito en alfabeto latinizado), el resultado sería prácticamente el mismo. Por otro lado, la diferencia entre el croata y el serbio sería equivalente a las deiferencias en el español hablado en España, en México o en Argentina. El que para unos alberca sea estanque del que toman agua los animales y para otros el lugar para echarse a nadar, o que unos hablen normalmente en el pretérito simple, mientras otros prefieran el pasado perfecto, o nombren algunas cosas de maneras distintas, como por ejemplo: guajolote en lugar de pavo, tianguis en lugar de mercado, wawa en lugar de bebé o pileta en lugar de piscina o alberca, no significa que existan idiomas (o incluso, dialectos) diferentes: a decir, el castellano peninsular, el mexicano (que a la vez se podría dividir en costeño, el del altiplano central o el norteño), o el argentino (con la variante del porteño, diferente al andino). Una locura, y coincido contigo al nombrarla ridícula.

Un abrazo y felices fiestas,

Daniel.

jueves, diciembre 29, 2005 11:00:00 a.m.  

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