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26.7.06

Las realidades de la juventud serbia

El día de hoy, el periódico belgradense Politika publica el artículo "Mamine maze ili taoci krize" (en traducción libre: Niñ@s consentid@s o rehenes de la crisis), autoría de Katarina Đorđević, en el que se comenta que a partir de una encuesta representativa, aplicada por la ONG Koalicija Mladih (Coalición de los jóvenes), se concluyó que tan sólo 3 de cada 10 estudiantes de la Universidad de Belgrado obtiene el título de profesionista, al igual que tan sólo 1 de cada diez termina sus estudios en el tiempo establecido. Por otra parte, la encuesta reveló que la mitad de los desempleados en Serbia es menor de 30 años, que más del 60% de los jóvenes no tiene ningún tipo de experiencia laboral y que dos de cada tres jóvenes no encuentra trabajo. Peor aún, según la ONG, cada décima persona con 25 años cumplidos que vive en Serbia no tiene ni idea sobre el costo de la canasta básica (consumo diario) o sobre a dónde hay que acudir para pagar el predial. En otras palabras, hasta 90% de jóvenes menores a los 30 años aún sigue viviendo con sus padres. Siguiendo con los resultados, resulta que más de una quinta parte de los jóvenes trabajan de manera irregular y no gozan de las prestaciones previstas por la Ley del Trabajo.

Por su parte, la directora del Centro Informativo Juvenil (Omladinski Informativni Centar), Dragana Stojanović, destacó que los voluntarios de esta organización entrevistaron a más de mil jóvenes a la salida del festival de música Exit (Egzit) (el festival más importante de música y cultura en general de Serbia y alrededores) y que hasta 60% de los entrevistados declaró abiertamente que no tiene ninguna oportunidad de ejercer su profesión.

El objetivo de estas investigaciones es obligar al gobierno de la República serbia a crear una Coordinación gubernamental para los jóvenes en Serbia.

Lo anterior desde luego, habría que entenderlo a través de la realidad absurda y la depresión crónica que los jóvenes de ayer y hoy vivieron (o vivímos) en Serbia, prácticamente desde que nacímos (en los años 70), cuestión altamente agudizada a partir de las cuatro guerras y el aniquilamiento masivo de 1999, acompañado todo aquello por un embargo económico criminal que duró (o dura) ya más de quince años. Cuando a veces comento que la mayoría de mis amigos belgradenses (mi primo incluído) dormían en cierta época, por allí del año 2000 (y algunos hasta el día de hoy), hasta 16 horas diarias, y que hay entre ellos los que ya casados y con hijos aún viven del dinero de sus padres, eso es literal.

En fin...