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16.1.06

Celebraciones?

El día de ayer, 15 de enero de este 2006, Croacia celebró 14 años de su reconocimiento internacional como país.

El 15 de enero de 1992, Croacia fue reconocida oficialmente por 12 países miembros de la Unión Europea. Ese mismo día siguieron los reconocimientos de Austria, Bulgaria, Canadá, Hungría, Malta, Polonia y Suiza. Con anterioridad, Croacia ya era aceptada por Islandia, seguida igualmente por Alemania. El periódico croata 24 Sata escribe el día de hoy que el reconocimiento más importante para el futuro de la República Croacia tuvo lugar sin embargo, el 13 de enero de 1992, cuando ésta fue reconocida, incluso antes que por cualquier miembro de la UE, por la Santa Sede (el Vaticano).

La publicación croata recuerda que en esos momentos casi una tercera parte del territorio de este país se encontraba "bajo ocupación" (las comillas son mías).

Nada más un breve comentario: el reconocimiento unilateral de Croacia, Macedonia y Bosnia y Herzegovina por la comunidad internacional a lo largo de 1992, sin que lo antecediera cualquier tipo de negociación o arreglo sobre las obligaciones y derechos adquiridos para con la comunidad internacional por la hasta entonces aún existente República Federativa Socialista de Yugoslavia (SFRJ) y el seguimiento que de éstos se desprendía y se debía repartir entre los nuevos estados que de sus partes se formaban; al igual que la inexistencia del otorgamiento de garantías a los pueblos que se volvían inmediatamente minorías étnicas en estos nuevos países, en medio de la nada clara transición del contrato económico-social que atravesaba el largo camino desde el socialismo autogestivo hacia algo aún no definido pero marcado por nacionalismos exacervados y brotes fascistoides en estos territorios en aquel entonces; acompañadas estas medidas por una fuerte discusión en los círculos diplomáticos de la UE, fue, a la par de los procesos internos ya incontenibles para ese entonces (además de la participación determinante de cuanta Iglesia con intereses en los Balcanes), lo que condenó a la ex-Yugoslavia a la sangrienta guerra de la que todos fuímos testigos. Finalmente, la "ocupación" de Croacia era mantenida por las fuerzas del Ejército popular yugoslavo (JNA) (Croacia formaba hasta este día, aunque fuera formalmente parte de Yugoslavia) y la minoría étnica serbia (que había vivido en Croacia desde siempre) que se rehusaba a admitir la separación de Croacia de Yugoslavia, luchando por mantener en un solo país a todos los serbios. La ocupación como tal entonces jamás existió.

El Ejército yugoslavo desapareció, la guerra duró hasta el verano de 1995, más de 200,000 serbios fueron expulsados de Croacia y muchos croatas, serbios y otros fueron masacrados en esta guerra multiforme y multilateral en el proceso.

5 Comments:

Blogger Lizette Jacinto said...

hay algo que celebrar?

lunes, enero 16, 2006 3:36:00 p.m.  
Blogger Daniel Durini said...

Croacia y la parte recalcitrantemente patriótica de su población ganaba por fin su propio estado: sueño que persiguieron desde la edad media y la aniquilación del último reino croata en el siglo XIV, a través de los cinco siglos de dominaciones germanas, húngaras, austríacas y austrohúngaras, bajo la corona serbia en la época de entreguerras y, finalmente, bajo la Yugoslavia comunista. El problema, sin embargo no es que hayan ganado su estado, sino el hecho que esta fecha, en particular, representa el error más garrafal internacional que acabó por echarle gasolina a esta región altamente volátil. El siguiente paso, en opinión de buena parte de los ideólogos ex-yugoslavos, tenía que ser la confederación, no la limpieza étnica. Todos se equivocaron y la comunidad internacional, en especial la UE, lleva una enorme parte de la responsabilidad por lo que pasó.

Un abrazo,
Daniel.

lunes, enero 16, 2006 7:31:00 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

Hola Daniel,
Desde mi modesto y seguramente equivocado punto de vista, Croacia era una república que se independizaba de Yugoslavia y tenía todo el derecho a hacerlo. Era una república reconocida como tal durante la existencia de Yugoslavia, siempre estuvieron claras sus fronteras y siempre tuvo cierto poder soberano sobre su territorio, especialmente en los últimos tiempos, así como un estatus internacionalmente reconocido. Cualquier intento de fraccionar esa república amparàndose en una supuesta igualdad de derecho a la secesión, es hacer trampa, es rizar el rizo, un atentado contra el sentido común ¿realmente esperaban los serbios que Croacia se resignaría alegremente a perder una parte de su territorio? La Krajina no tenía el mismo derecho a independizarse de Croacia, que ésta lo tenía respecto Yugoslavia. Las razones de tal afirmación son de orden legal, más que histórico. Un estatus no se hace de la noche a la mañana. Ni siquiera es comparable con Kosovo y Vojvodina que eran provincias autónomas y llevaban mucho tiempo (sobretodo Kosovo) pidiendo el estatus de república. Si aceptáramos que la Krajina tenía derecho a independizarse, y también la Eslavonia Oriental, entonces también lo tienen Kosovo, Vojvodina, Sandjak, el escaso 4% de serbios que viven en Drubovnik (que por cierto, quizás también justificas que fuera bombardeado)... etc, llegando al absurdo de legitimar que la más pequeña comunidad nacionalmente homogénea se independice (aunque tu y yo sepamos que la intención final de tal independencia era la creación de la Gran Serbia). Croacia tenía un territorio claro y definido, sin discusión y aceptado por todo el mundo. Cuando alguien rompe el tablero de juego y utiliza un criterio distinto (la homogeneidad étnica) se arriesga a que se le gire en contra y digan: bien, si el motivo de que la Krajina sea independiente, es la composición étnica de su población, cambiamos esta composición y problema arreglado. Si de buen principio se hubieran respetado las reglas del derecho internacional, y se no se hubiera atacado la integridad territorial de Croacia, no se hubiera provocado una radicalización de las posturas hasta llegar a la triste operación tormenta. Lo de que el ejército yugoslavo estaba en la Krajina para "defender" a los serbios de que los ustachas se los comieran, me parece una excusa muy peligrosa, pq con el argumento de "querer defender a"... se han hecho innumerables guerras y cometido atrocidades a lo largo de la historia. En cuando Croacia se declara independiente de Yugoslavia, automáticamente, todo ejército extranjero que se encuentre dentro de su territorio soberano está ocupando ilegalmente y debe retirarse, y si alguien tiene sospechas de que en otro estado se están conculcando los derechos de una minoría, se utilizan los cauces diplomáticos y los medios de presión habituales entre estados soberanos, de lo contrario, España se vería legitimada a invadir Marruecos para "defender" a los españoles que viven ahí (que no son pocos) si cree que están en peligro, y lo mismo el Reino Unido con los ingleses en Hong Kong, los franceses en Algeria y así un largo etcétera.
Sobretodo que quede bien claro que esto no legitima, ni justifica, pero sí exlica, las atrocidades que cometieron los croatas en la Krajina, además, que lo mismo que los serbios hicieron en la Krajina, luego lo hicieron los Croatas en Bosnia, donde, por cierto, se cometió otra atrocidad injustificable, con el agravante de que allí los serbios no podían decir que estuvieran amenazados por los bosniacos. La propia composición de Bosnia hubiera llevado a la creación de una miniyugoslavia donde croatas, serbios y bosniacos podrían haber vivido en paz (si se hubiera respetado la voluntad popular bosnia), y para justificar las barbaridades que se cometieron, los serbios de Bosnia, llegaron a la paranoia colectiva de creerse ser algo así como el pueblo elegido para impedir el avance del islamismo radical en Europa... así mismo, son muchos los serbios que niegan Srebrenica, lo que nos recuerda a otros indeseables que también niegan que hubieran existido otros campos de exterminio. En esta guerra, igual de culpables fueron los serbios que los croatas.

En fin, ya te digo que esto no es más que una opinión y seguramente equivocada. Perdón por haberme extendido demasiado.

Oscar

sábado, enero 21, 2006 2:16:00 a.m.  
Blogger Daniel Durini said...

Oscar,

es una maravilla tenerte por acá y en cuanto a tu disculpa, debo decir que al contrario, agradezco la molestia de un comentario extenso. El único problema que veo es que abarcas muchos aspectos y discutes cuestiones que, aunque subyacen en los cimientos mismos de mi post, no caben en él.Insisto que mi intención fue poner en tela de juicio la conmemoración de la fecha del reconocimiento unilateral de Croacia por la UE y la ONU en el '92, sindo que el derecho a la continuación dentro de los organismos internacionales se le negó a lo que quedaba de Yugoslavia hasta 1996. Ahora, no intento criticar la decisión de Croacia de buscar su independencia de Yugoslavia, ni tampoco me meto con el conflicto de Krajina. El Ejército yugoslavo se volvió étnicamente serbio y montenegrino tras la deserción de todos su cadros de otras nacionalidades que se unieron inmediatamente a los ejércitos de sus nuevos países. El hecho de haber sido mandado a fungir como una especie de colchón de contención entre los serbios de Krajina y el recién estrenado ejército croata dejó de funcionar casi inmediatamente. Sin embargo, lo que quiero discutir no es el conflicto en sí, ni tampoco pretenderé defender posiciones que tú me atribuyes (y que recoges de lo que en la prensa y los análisis internacionales se ha tachado de propaganda serbia) que yo no he asumido como propias. Me enfocaré a la trascedencia de esta fecha, el papel de la UE en la profundización de los conflictos y las discusiones que se llevaban a cabo en los círculos diplomáticos europeos alrededor de éstas.

Josep Palau escribe en su libro "El espejismo yugoslavo" sobre lo sorprendente que resulta el que sea tan poco conocido el hecho de que el acto de reconocimiento efectuado por la Unión Europea contravino abiertamente la recomendación explícita del Secretario General de la ONU, Javier Pérez de Cuellar, que remitió el 10 de diciembre de 1991 una carta al en ese entonces ministro alemán de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Genscher, en la que advertía
"contra la posibilidad de reconocimiento prematuro de la independencia de algunas de las repúblicas yugoslavas (...) por los efectos que ello pueda tener en el resto (...) y por las consecuencias explosivas de una potencial bomba de relojería (...) creo que los Doce tenían razón cuando reiteraron que el reconocimiento sólo puede vislumbrarse en el marco de un arreglo global". Genscher replicó tres días más tarde en alemán:
"(...) Después del acta final de Helsinki (...) las fronteras son inviolables y no pueden ser cambiadas por la fuerza, por lo que la CE pide respeto a las fronteras externas e internas de Yugoslavia." Todavía Pérez de Cuellar intentó, sólo horas más tarde, persuadir a Genscher en una contrarréplica al filo de la propia cumbre comunitaria: "La preocupación que sigo teniendo se refiere a la perspectiva de reconocimiento temprano, selectivo y descoordinado que (...) (según Lord Carrington) (...) conduciría sin duda a la ruptura de la Conferencia Internacional de Paz y podría dar lugar a la profundización del conflicto en esas áreas delicadas". Como el maestro de la investigación para la paz, Johan Galtung, ha observado, Genscher escondió los dos textos del secretario general al referirse a su propia carta de réplica en su larga entrevista en Der Spiegel (No. 36-1995).
Más aún, Palau concluye y yo me declaro (ahora sí) de acuerdo con él: "El dictado internacional de fronteras postyugoslavas contradijo las prácticas de los poderes mundiales y de las instituciones internacionales representativas creadas después de la Segunda Guerra Mundial, especialmente Naciones Unidas y la Conferencia -hoy, Organización- de Seguridad y Cooperación en Europa; en suma, violó todas las doctrinas establecidas para evitar la guerra. Los poderes occidentales reconocieron repentinamente en Yugoslavia lo que durante décadas negaron a tibetanos, kurdos, cachemires, tamiles, biafreños, timoreses orientales, siks indios, moros filipinos... y a tantos otros, es decir, el reconocimiento a separaciones unilaterales respecto de estados establecidos. La Convención de Montevideo de 1993 estableció criterios para el reconocimiento de nuevos estados, basados en primar la continuidad de los preexistentes y exigir a los nuevos candidatos serios requisitos de consenso interno y externo, así como el control efectivo del territorio."

El conflicto de los Balcanes, a mi entender (y seguramente falso, parafraseándote), es consecuencia en primer lugar, de las circunstancia y procesos de larga duración perpetuados en estos territorios por los grandes imperios y heredados por los actores de este escenario, pero también, y en segundo lugar, de los intereses imperialistas actuales, la Guerra energética y el trazado del nuevo mapa geopolítico del mundo. Me parece inadmisible excluír de los análisis el papel decisivo y terrible de la comunidad internacional.

Un abrazo,
Daniel.

lunes, enero 23, 2006 12:42:00 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

¡Hola Daniel!

Puede ser que influenciado por mis “prejuicios antirevisionistas serbios”, te atribuyera posiciones que no has defendido, quizás lo interpreté a raíz de tus propias palabras cuando dices: … la "ocupación" de Croacia era mantenida por las fuerzas del Ejército popular yugoslavo (JNA) (Croacia formaba hasta este día, aunque fuera formalmente parte de Yugoslavia) y la minoría étnica serbia (que había vivido en Croacia desde siempre) que se rehusaba a admitir la separación de Croacia de Yugoslavia, luchando por mantener en un solo país a todos los serbios. La ocupación como tal entonces jamás existió.
Con ello interpreté que te postulabas a favor de las tesis que adoptaron los serbios de la Krajina y Eslavonia Oriental.

Por otro lado, son muchos los autores, que como tu, piensan que el reconocimiento internacional de Croacia y Eslovenia, a consecuencia de la unilateralidad de Alemania, no hizo más que empeorar la situación. Uno de los principales defensores de esta tesis es mi autor favorito, Francisco Veiga, que articula alrededor de esta idea, su extraordinario libro (a mi entender el más completo) “La Trampa Balcánica”. Según él, es muy fácil caer en esta trampa (la de intervenir), pero muy difícil salir. Ciertamente, parece que las grandes potencias tienen una fuerte tendencia a intervenir en la zona, quizás es una rémora de los antiguos imperios, pero incluso los mismos pueblos balcánicos son los primeros en desear y provocar la intervención extranjera, pero aún así, no me acaba de convencer la teoría de que esta intervención tenga parte de culpa en todo lo que ha pasado.

Por otro lado, en ese momento, desde posiciones alemanas se defendió que un reconocimiento internacional podía frenar el ataque del ejército federal a Croacia, y así ocurrió, aunque también hay quien dice que la propia guerra estaba llegando a su fin por si sola, ¿Quién lo sabe?

Según Pérez de Cuellar, reconocer la independencia de unas repúblicas yugoslavas podía generar que otras repúblicas también se apuntaran al tren del reconocimiento internacional, como de hecho hicieron Macedonia y Bosnia, y ello profundizaría en el conflicto. Y yo me pregunto, ¿el motivo de la guerra de Bosnia, es que ésta se autodeterminara? Es decir, está claro que si no hubiera habido independencia bosnia, no habría habido guerra, pero una vez éste hecho se produce, ¿queda legitimado lo que vino a continuación? ¿Qué tiene que ver el reconocimiento de terceros países con las matanzas producidas a manos de serbios y croatas?

El que se le negara a la “tercera Yugoslavia” la entrada en Naciones Unidas y dos días más tarde se aceptara a Croacia, no sé que argumentos se dieron en su momento, pero puede ser interpretable como un gesto de castigo hacia quien en esos momentos se consideraba el agresor, o bien se cuestionaba su derecho a heredar los compromisos internacionales cuando este país había quedado desmembrado y prácticamente reducido a la nada. Imagino que se quería mantener a esta nueva Yugoslavia en el limbo del derecho internacional, esperando a ver que pasa, un poco también como lo que pasó con Macedonia que se mantuvo en una situación de indefinición hasta que se llegó al consenso con Grecia.

Asimismo, establecer paralelismos entre las repúblicas exyugoslavas y el Tibet, Kurdistan, Cachemir, Biafra… y tantos otros, me parece un poco demagógico. Es una simple cuestión de proximidad. A uno le interesa más lo que ocurre cerca de su casa, porque sufrirá directa o directamente las consecuencias, a parte de los lazos históricos y culturales que les unen. Por eso mismo, a Australia le interesa más lo que ocurre en Timor Oriental que no en los Balcanes y como no tiene ningún interés en lo que pase ahí, hará lo que le diga el sujeto más poderoso con intereses en la zona, que en este caso es la Unión Europea o las Naciones Unidas, y lo mismo al revés. Con el caso del Tibet, a ver quien se atreve a hacer enfadar a los chinos. La comunidad internacional, encarnada por las Naciones Unidas, no fue más que una marioneta en manos de la Unión Europea ¿Qué sentido tiene negarle el reconocimiento a Croacia cuando ya lo había hecho la Europa Comunitaria?

Estoy de acuerdo contigo que las potencias occidentales siguen ejerciendo un enorme ascendente sobre los pueblos balcánicos, ya sea por el imperialismo de antaño o el actual. En lo que discrepo contigo, es que esta influencia sea el motivo principal de que croatas, serbios y bosniacos se matasen entre ellos, como si éstos no tuvieran responsabilidad alguna ni capacidad de decisión propia. Los principales responsables de los conflictos que asolaron los Balcanes durante la década de los 90, fueron los propios balcánicos, pues a fin de cuentas, la última decisión, la tiene quien aprieta el gatillo.

Y cuando te digo que mi opinión es seguramente equivocada, creeme que no es una falsa modestia, lo digo de todo corazón. Dicen que la ignorancia es atrevida, y sabiendo lo profundamente ignorante que soy en esta materia, no quiero cometer la temeridad de contradecir a quienes conocen los Balcanes infinitamente más que yo. Apenas he estado una vez en la zona en toda mi vida, no sé hablar serbo-croata, no sigo muy de cerca la actualidad de los Balcanes, simplemente me interesa el tema y en mi tiempo libre me documento a través de libros e internet. Por eso, no es que no esté de acuerdo, sino que tengo unos prejuicios, una idea prefijada y las explicaciones que se me ofrecen no me hacen cambiar esta idea, pero sabiendo que esta idea está tan poco fundamentada en comparación con la contraria, que doy por supuesto que es errónea y no es más que la consecuencia de un déficit de conocimientos.

Un abrazo

Oscar

domingo, enero 29, 2006 9:57:00 p.m.  

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