Bosnia, a 10 años
El 21 de noviembre de 1995 se firmaba en la base naval Wright-Patterson de la fuerza aérea estadounidense el llamado Tratado de paz de Dayton que simboliza de alguna manera el final de la guerra terrible llevada a cado entre 1992 y 1995 en el territorio de la hoy República Bosnia-Herzegovina, que estalló cuando los serbios de Bosnia (alrededor de una tercera parte de la población) se levantaron en armas, al anunciarse el intento de la república de separarse de la RFS Yugoslavia en aquel 1992. El tratado daba orígen, básicamente, a una confederación de dos Estados autónomos: una confederación croata-musulmana (Federación Bosnia y Herzegovina) y una República serbia (Republika Srpska). El tratado fue firmado tras varias semanas de intensas negociaciones y, literalmente, en el último momento, por los tres presidentes inmiscuídos (Franjo Tudjman de Croacia, Slobodan Milošević de Serbia y Alija Izetbegović de Bosnia-Herzegovina en transición), al igual que los tres líderes de los grupos propiamente en guerra. Inmediatamente tras su firma, el nuevo tratado levantó muchas polémicas, sobre todo por parte de los serbios de Bosnia. Para muchos, una separación completa hubiera sido una solución más eficaz... quizá. Lo importante era parar la masacre y evitar su repetición en un futuro.
Este 21 de noviembre se celebraron 10 años de la firma de aquel acuerdo. Los tres presidentes que comparten la presidencia confederada de Bosnia y Herzegovina fueron reunidos en Washington por la administración de Bush, para "conmemorar" el acontecimiento. Ahora, una década después, la presión estadounidense sobre la frágil federación se antoja imprudente. Primero, exigían la creación de una sola policía conjunta en el territorio de todo el país, ahora exigen reformas constitucionales de fondo y una sola presidencia para las dos entidades político-administrativas y los tres grupos étnicos (los llamados musulmanes bosníacos, los croatas y los serbios). Los serbios de Bosnia ven las medidas como el último paso hacia la pérdida de toda la "autonomía" conservada en los últimos diez años. por su parte, los musulmanes bosníacos y los croatas les compran las promesas a los EUA sobre su pronta incorporación a la OTAN y un acercamiento a la UE.
Además de hablar con Nicholas Burns, el subsecretario de Estado para cuestiones políticas y el encargado de la administración del baby-Bush para cuestiones relacionadas con los Balcanes, Richard Holbrook, el encargado de la firma de los acuerdos de Dayton y Condoleeza Rice en persona, los presidentes bosnios tuvieron igualmente platicas con los representantes del Banco Mundial. Hablando de presiones! La pluto-cracia unilateralista bushiana en decadencia va en serio con los Balcanes. Y los multimillonarios negocios energéticos esperan al vencedor de esta partida de ajedrez geoestratégica balcánica.
Con tantos juegos del poder, alguien se ha ocupado de la gente? La gente, al parecer, es lo que menos importa a miles de kilómetros de distancia, en la comodidad de la sala y a la merced de la televisión y las mentiras bushianas. Carajo!
Este 21 de noviembre se celebraron 10 años de la firma de aquel acuerdo. Los tres presidentes que comparten la presidencia confederada de Bosnia y Herzegovina fueron reunidos en Washington por la administración de Bush, para "conmemorar" el acontecimiento. Ahora, una década después, la presión estadounidense sobre la frágil federación se antoja imprudente. Primero, exigían la creación de una sola policía conjunta en el territorio de todo el país, ahora exigen reformas constitucionales de fondo y una sola presidencia para las dos entidades político-administrativas y los tres grupos étnicos (los llamados musulmanes bosníacos, los croatas y los serbios). Los serbios de Bosnia ven las medidas como el último paso hacia la pérdida de toda la "autonomía" conservada en los últimos diez años. por su parte, los musulmanes bosníacos y los croatas les compran las promesas a los EUA sobre su pronta incorporación a la OTAN y un acercamiento a la UE.
Además de hablar con Nicholas Burns, el subsecretario de Estado para cuestiones políticas y el encargado de la administración del baby-Bush para cuestiones relacionadas con los Balcanes, Richard Holbrook, el encargado de la firma de los acuerdos de Dayton y Condoleeza Rice en persona, los presidentes bosnios tuvieron igualmente platicas con los representantes del Banco Mundial. Hablando de presiones! La pluto-cracia unilateralista bushiana en decadencia va en serio con los Balcanes. Y los multimillonarios negocios energéticos esperan al vencedor de esta partida de ajedrez geoestratégica balcánica.
Con tantos juegos del poder, alguien se ha ocupado de la gente? La gente, al parecer, es lo que menos importa a miles de kilómetros de distancia, en la comodidad de la sala y a la merced de la televisión y las mentiras bushianas. Carajo!
2 Comments:
Estoy de acuerdo en que los intereses de EE.UU. no son precisamente ayudar a los habitantes de Bosnia, sino controlar económicamente ese lugar como contrapeso a Rusia.
Pero, no se puede negar que la creación de una policía conjunta y la supresión de las entidades étnicas son medidas positivas hacia el establecimiento de un estado unitario.
'Bosna jedna i jedina'
saludos
Alejandro,
Estoy de acuerdo contigo. Sin embargo, la creación de una "Bosna jedna i jedina" como bien dices, podría existir únicamente si no existieran otras tres Bosnias. Una, la croata, que se siente "de facto" parte de Croacia, a grado tal que la parte sur de Herzegovina solamente simula una especie de frontera entre estas dos entidades y los croatas de Bosnia dicen vivir en la Croacia bosnia, que es Croacia; la otra, la serbia, cuyos funcionarioa abandonan la sesión parlamentaria de la confederación para apoyar a "los suyos" en un partido entre Serbia-Montenegro y cualquier otro país; y la última, la más numerosa, que pretende convertirse en la de mayor peso en un país unificado como lo pretenden ahora: en detrimento de las autonomías otorgadas, sobre todo a los serbios, mismas que pudieron parar la guerra en 1995.
Complicado escenario. Tanto, que nadie sabe qué hacer.
Un abrazo,
Daniel.
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